Diario de León

PEUGEOT 208

Tricilíndrico de gasolina, acceso de gama

Nuevas mecánicas para plantar cara a la economía diésel. Peugeot lanza un órdago «económico» con la llegada, a la gama del 208, de los motores tricilíndricos de gasolina. Eficaces y compactos, abren una nueva era en los catálogos de la marca

Peugeot lanza un órdago a la economía de consumo con el 208 tricilíndrico de gasolina.

Peugeot lanza un órdago a la economía de consumo con el 208 tricilíndrico de gasolina.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Nueva familia motorística. Una veintena de kilos menos que sus equivalentes de cuatro cilindros y hasta un 25% de reducción en emisiones y consumos.

Con estos mimbres, Peugeot lanza, vestidos de 208, un par de tricilíndricos de gasolina capaces de plantar cara a la tradicional economía de los motores diésel que, dicho sea de paso, también se han optimizado en la gama del nuevo compacto 208. También se sabe que PSA ha tenido siempre una especial predilección por los gasóleos, pero esa es otra historia; la que ahora nos ocupa es la relativa a las innovadoras aplicaciones tecnológicas que ha llevado a «los gasolina» a hacerse un hueco en el corazón de los ahorradores.

Para los amantes de las curiosidades tecnológico-esgtadísticas: 52 patentes registradas por PSA para los tricilíndricos VTi, 23 de ellas para la arquitectura del motor y sus elementos periféricos, una veintena más correspondientes al control mecánico y otras nueve relativas al utillaje que se emplea para su fabricación.

Entre las dos posibilidades tricilíndricas: 1.0 VTi de 68 CV y 1.2 VTi de 82 CV, la segunda se presume más versátil por su compatibilidad ciudad/carretera —tampoco es que con el «pequeño» no se pueda salir de la ciudad— y, desde luego, por unos consumos tan ajustados como los 4,5 litros cada cien kilómetros que homologa nuestro protagonista (un poco por encima de los 5 litros en condiciones «reales» de utilización), lo que permitirá cubrir algo más de 800 kilómetros sin necesidad de visitar el surtidor.

La rumorosidad, sobre todo cuando se acelera «en frío», es la única diferencia que el conductor advertirá en el motor tricilíndrico; tampoco tan acusada como para convertir se en un inconveniente, porque también es verdad que el fabricante ha logrado minimizar las vibraciones de este motor frente a otros fabricados por la competencia con lo que, en líneas generales, este «tres» de Peugeot cumple perfectamente con que se espera de él. Sólo con pisar «algo» más enérgicamente el pedal del acelerador… asunto terminado.

El comportamiento dinámico evidencia —¡pues claro!— la procedencia «made in Peugeot» del 208, en cuanto se refiere a una puesta a punto de las suspensiones a medio camino entre la deportividad y la confortabilidad de los ocupantes, lo que se traduce en un comportamiento rutero tan eficaz como equilibrado; sobre todo cuando se abordan trazados «revirados», con curvas enlazadas y continuos cambios de apoyo, merced —eso también— a la inestimable ayuda de una dirección muy precisa y que tampoco evidencia excesivamente su asistencia eléctrica (ya se sabe que las «eléctricas» suelen evidenciar un cierto tacto «blandiblú») y a un cierto efecto direccional del tren posterior. El equipo de frenos, aún contando con tambores en las ruedas traseras, propicia unas correctas distancias de frenado.

Consecuencia: un coche noble, fácil de conducir y sin pérdidas de trayectoria; tal como debe presumirse en un modelo que milita en uno de los segmentos de mayor amplitud comercial del panorama automovilístico, lógicamente dirigido a un amplio sector de usuarios.

La rompedora ergonomía interior es otra de las modernistas bazas que juega el 208: volante de recortado radio —toda una revolución en Peugeot—, una instrumentación tan completa como legible —a condición de colocar el volante «en su sitio»— y unos asientos que sujetan muy bien lateralmente y, eso también, con una generosa longitud de banqueta —tampoco demasiado frecuente en los coches «pequeños»—.

La dotación de serie, sobre todo en el acabado «Allure», es de lo más completa: calandra frontal específica, ocho airbag, control de estabilidad ESP, climatizador bizonal, llantas de aleación de 16 pulgadas, escape cromado, equipo de audio con pantalla táctil, mandos en el volante y conexión USB.

Eso, por no hablar que, en una suerte de rizar el rizo, Peugeot consigue ofrecer, con unas medidas exteriores más recortadas en el 208 que las del antecesor 207, un interior más «habitable» y con una presentación más atractiva; plazas traseras más holgadas y con un maletero de 285 litros de capacidad (rueda de repuesto de tamaño normal). Amén de la practicidad que propicia una guantera muy aprovechable y multitud de huecos para alojar objetos de diverso tamaño.

En definitiva, que la aplicación de las mecánicas tricilíndricas abren nuevos campos a la economía de utilización, mientras la puesta a punto del chasis propicia un comportamiento ágil y especialmente adaptado a la practicidad de utilización diaria.

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