renueva el Insignia
Su principal atractivo viene dado por la oferta mecánica.
Cinco años después. El modelo que, en 2008, supuso la gran revolución en los catálogos de Opel, adquiere ahora una nueva dimensión con una puesta al día que la rama europea de GM declina en la adopción de nuevas mecánicas, un ligero lavado de cara estético —en el exterior— y, eso también, con un diseño interior que aporta mayor exclusividad.
La parrilla frontal es ahora más ancha y baja que en el modelo actual, mientras la característica barra «de marca» que sostiene el logo de Opel, es más fina e incluye «puntas de ala» que vienen a unirse con unos rediseñados faros principales que, según versiones, incluyen tecnología bixenón y el sistema de iluminación adaptativa AFL+, además de las luces diurnas led. Todos los faros están realizados en negro brillante, con incrustaciones cromadas que, según el fabricante, mejoran la tecnología interior del conjunto.
Más moderno, eficaz y seguro, el nuevo Opel Insignia ofrece también una vista lateral -tanto de la berlina como del familiar- se diferencia de su antecesor por una línea más perfilada por, sobre todo, el diseño del portón trasero y del spoiler integrado mientras, en el familiar Sport Tourer, la línea de techo baja hasta un generoso portón cual si de un «coupé» se tratase.
En general, la línea zaguera del renovado Insignia ofrece unas proporciones más anchas y bajas, con la barra cromada en posición más baja en la tapa del maletero, donde se incluye el logo de la marca y que se extiende hasta los grupos ópticos, para acabar incluyendo unas perfiladas luces de marcha atrás. Las luces de posición y freno -separadas en dos piezas- son de led en todos los niveles de acabado.
En el interior, la consola central es de nueva factura, barnizada en «negro piano», a la vez que se ha simplificado drásticamente el panel de control, ahora con sólo unos pocos botones y con un funcionamiento mucho más intuitivo.
Aunque la mayor novedad interior hay que buscarla en la adopción -¡por fin!- de un sistema multimedia táctil (pantalla de 8 pulgadas) desde el que puede accederse a informaciones de audio —sintonías de radio—, títulos de canciones, conexión de teléfono integrado o mapa de navegación 3D mediante un botón; incluso puede individualizarse el sistema de información y entretenimiento, almacenar hasta 60 favoritos (listas, contactos telefónicos, direcciones de navegación…).
Es en el capítulo motorístico donde Opel ha echado el resto, con interesantes posibilidades de elección en diésel y gasolina, amén de una versión GLP (gas licuado de petróleo), basado en la versión de gasolina 1.4 de 140 CV; en total, el abanico de potencias va desde los 110 a los 325 CV.
Para los adeptos al turbodiesel, Opel propone el frugal 2.0 TDI, en versiones de 120 y 140 CV; el primero con unas recortadas emisiones (99 g/km de CO2) y un no menos contenido consumo (homologa 3,7 litros de media por cada cien kilómetros) con la caja de cambios manual y el sistema «Strat&Stop» de arranque/parada automática del motor en detenciones prolongadas. El tope de gama en gasóleo viene dado por el 2.0 BiTurbo CDTI de 195 CV, que entrega un par de 40,6 metros/kilo, con lo que se aseguran unas fulgurantes recuperaciones desde los regímenes bajos y medios.
En el apartado de gasolina, las novedades vienen de la mano de las innovadoras mecánicas SIDI (inyección directa) en versiones 1.6 litros Turbo de 170 CV y el tope de gama «normal» 2.0 litros Turbo de 250 CV, porque el tope-tope hay que buscarlo en la deportiva versión OPC que sube su potencia hasta los 325 CV. Además de a la función «Start&Stop», el gasolina de 250 CV, puede asociarse al cambio manual de 6 marchas o a la nueva caja automática también de 6 marchas y también estará disponible tanto en tracción delantera como a las cuatro ruedas.
Por lo demás, tampoco faltarán en la renovada gama del Insignia los, ya imprescindibles, elementos de seguridad al uso: control de velocidad adaptativo, sistema de alerta de colisión frontal, indicadores de ángulo muerto y la apertura y arranque sin llave.