Conducción personalizada...
Coupé deportivo híbrido enchufable. Quattro es Audi, y Audi es Quattro. La marca y la tecnología «integral» indisolublemente unidas, treinta años después… Audi ha presentado en el Salón de Francfort un prototipo que continúa la tradición Quattro.
Quattro... una filosofía. El trigésimo aniversario de la filosofía Quattro, lo celebra Audi con el legítimo sucesor de aquel «Ur-quattro» lanzado en 1980 que, en tres décadas, ha tenido más de cinco millones de sucesores.
Así que, con el nuevo híbrido enchufable Sport Quattro Concept, el fabricante recupera nuevamente algunas de «aquellas» ideas que se vieron por primera vez en el estudio de diseño que conoció la luz hace ahora tres años, de forma que éste Concept combina el ADN del «Ur-quattro» con una espectacular elegancia: aspecto deportivo y potente, con una carrocería de líneas tensas, asentada sobre unas llantas de 21 pulgadas con —eso también— unos recortados voladizos y unas proporciones que viene dadas por los 2,78 metros de batalla, los 4,60 de longitud y los 1,96 de anchura; eso, por no hablar de una altura inusualmente baja: 1,38 metros.
Con estos mimbres, y en el plano puramente estético, el Sport Quattro Concept hace gala de una espectacular parrilla frontal «Singleframe» hexagonal, con una carcasa esculpida en «nido de abeja» según el típico diseño utilizado en la competición y una zona inferior prácticamente vertical, mientras la superior sigue la línea del capó.
Las proporciones zagueras vienen definidas por la combinación de un diseño plano y unos anchos hombros, a la vez que el spoiler que remata el borde inferior subraya la anchura del vehículo. A velocidades elevadas, emergerá automáticamente un alerón situado en la zona trasera del coche, justo por encima de los grupos ópticos.
Y como la deportividad tampoco está reñida con la practicidad, la capacidad del maletero se cifra en 300 litros.
Un interior enfocado «al conductor» adopta, detrás del volante, un cuadro de instrumentos digital, cuya información se proyecta en la pantalla («head-up display») queda en el campo directo de visión del conductor.
El sistema de propulsión híbrido enchufable entrega una potencia total de 700 CV y un par de 80,6 metros/kilo; la tracción es integral a las cuatro ruedas (diferencial deportivo en el eje traero) y la transmisión un cambio Tiptronic.
La traducción... unas prestaciones de escándalo: 3,7 segundos para acelerar de cero a cien, 305 por hora de punta y —lo mejor— un consumo medio de solamente 2,5 litros por cada centenar de kilómetros 59 g/km de CO2).
Audi recurre al V8 TFSI (4.0 litros y 560 CV) para el motor de combustión, que cuenta con el sistema de desconexión selectiva de cuatro cilindros y «Start&Stop» de arranque/parada en detenciones prolongadas, combinado con un motor eléctrico —en forma de disco— situado entre la mecánica convencional y la transmisión, que rinde 150 CV y entrega un par de 40,6 metros/kilo. Está alimentado por unas baterías de iones de litio situadas en la parte trasera del coche y tiene una autonomía de 50 kilómetros en modo exclusivamente eléctrico (EV).
También el modo híbrido permite personalizar la conducción, de forma que el conductor puede conservar parte de la energía de las baterías y mantener así una cierta reserva de autonomía para poder activar el modo EV en determinados puntos del recorrido, o utilizar la función de recarga para ajustar con más precisión la carga de la batería.
Por lo demás, también la filosofía de «construcción ligera» toma carta de naturaleza en este prototipo Sport Quattro: combinación de paneles de acero de alta resistencia con elementos estructurales en fundición de aluminio en el habitáculo; profusión de aluminio en puertas y paragolpes y material plástico reforzado con fibra de carbono en el capó, techo y portón trasero.