Corvette... la magia
En el otro extremo de la balanza. Presente en infinidad de especialidades en el mundo de la competición, bien sea con motores o a «coche completo», Chevrolet atesora un abultado palmarés deportivo y, sobre todo, anímico con, posiblemente, uno de los mayores emblemas -por representación iconográfica- de la historia del automóvil: el Corvette que, con seis décadas a sus «ruedas», mantiene tan viva la llama del espíritu deportivo que ha impregnado a Chevrolet desde que, en 1911, Louis Chevrolet, un piloto de aviación -y de carreras de coches- emigrante suizo en EE.UU., fundase la «Chevrolet Motor Car Company»: «Nunca te rindas», fue el emblema que Louis enarboló en su día y que aún hoy -quizá más que nunca- continúan enarbolando sus descendientes empresariales… con el Corvette.
Aunque no sólo, porque también el emblema de la pajarita acompañaría a Juan Manuel Fangio (1940 y 41) en la victoria del «Gran Premio Internacional del Norte» (Buenos Aires-Lima… 10.000 kilómetros cruzando los Andes, ¡aquellas eran carreras!); las 7 victorias absolutas en las 24 Horas de Le Mans o el célebre motor V8 firmado por Chevrolet, el más utilizado en las 500 Millas de Indianápolis en todos los tiempos; la utilización en 24 ocasiones de un Chevrolet como «Pace Car» en esta mítica prueba norteamericana o, más recientemente (2010, 2011 y 2012), la victoria del Chevrolet Cruze en el Mundial de Turismos (WTCC).