Ejercicio... energético
Eficacia récord sin «necesidad» de perder prestaciones. Los ingenieros de Peugeot Sport firman un proyecto tan ambicioso como tecnológicamente prestacional. De momento es «sólo» un prototipo experimental, aunque sus soluciones no dejarán de aplicarse en un futuro… quizá no tan lejano.
Estilismo energético. Menos de 2 litros por cada centenar de kilómetros y menos de 50 g/km de CO2... objetivo cumplido: 1,9 litros de consumo medio y 49 g/km de emisiones. En la homologación del prototipo, claro está; aunque también «podría estarlo» en la realidad de la cadena de montaje... cuando se tercie.
Por aquello de que... no sólo de carreras vive la marca... el departamento «de carreras», Peugeot Sport, vuelve a demostrar —y van «miles» de veces en la historia del automóvil- que la competición -su espíritu— sigue siendo el mejor banco de pruebas para que la industria avance tecnológica y anímicamente.
El caso es que el reto técnico —y no es pequeño— lo declina ahora el León de Montbeliard en una de las más drásticas propuestas energéticas que haya conocido últimamente el mundillo del automóvil para un vehículo «no enchufable»: el 208 Hybrid FE (alalimón Peugeot y Total... toreros ellos) propone tal economía energética —y aumento de prestaciones— que, lamentablemente, resulta hoy por hoy inviable a medio plazo para un modelo compacto que, a nadie se le oculta, «debería» ofrecer un precio «razonable» para que su volumen comercial justificase su paso a la cadena de montaje, aunque… todo se andará.
De momento, lo andado —que no es poco— resulta ser un traje 208 bajo cuyas formas, bien reconocibles como tal 208, aunque su confección esconda tantos secretos como avanzada tecnología.
Un Cx (coeficiente aerodinámico) rebajado del 0,31 original del 208 «normal» al 0,22 del prototipo. La clave: unas formas especialmente estudiadas (reducida entrada de aire frontal, fondo plano liso y extractor de flujo trasero) y la combinación de materiales tan ligeros como el vinilo con fibra de carbono, policarbonato con fibras vegetales e incluso policarbonato para el acristalamiento delantero y trasero —¿les suenan los coches de carreras?—. Consecuencia: 200 kilos menos sobre la ya contenida romana (975 Kg.) del 208 de serie.
Eso, por no hablar de los 4 centímetros de reducción en la vía trasera para favorecer la canalización del viento exterior hacia la zaga del coche o las llantas de 19 pulgadas —muy estrechas, eso sí— carenadas al ras de los paneles laterales de la carrocería.
¿El alma? Un motor de gasolina 1.2 VTi de 68 CV (a diferencia de los turbodiesel HDI de los híbridos Peugeot actualmente en catálogo) con mayor relación de compresión que el de estricta serie y con un tipo de aceite especialmente desarrollado por Total; ayudado, el de gasolina, por un compacto motor eléctrico de 41 CV y 7 kilos de peso, herencia por vía directa del utilizado en el Peugeot 908 de Le Mans. Aderezados —tracción delantera— con un cambio pilotado, aunque diferente a los conocidos CMP o ETG.
Y Peugeot redondea el reto con unas escandalosas prestaciones: 8,0 segundos para acelerar de cero a cien, cuando el 208 GTI (200 CV) clava el crono en 6,8 segundos... ustedes «dirán».
Así que, ¿para cuando la «realidad» del «reto»?...