Vocación práctica
Herencia Rapid, con maletero «panorámico». Con el Spaceback, el portón trasero toma carta de naturaleza en los catálogos de Skoda o, por mejor decir, en el segmento de las berlinas compactas de cinco puertas. Tres versiones de gasolina y dos gasóleos, cuya tarifa arranca en 16.940 euros.
La practicidad como bandera. La plataforma del Rapid se convierte en Spaceback por obra y gracia de un portón trasero que da acceso a unos panorámicos... 415 litros (ampliables a 1.380 si se abaten las plazas traseras), una de las mejores capacidades en su categoría.
Tampoco se trata aquí de una suerte de «Rapid Combi»; el Spaceback resulta ser una berlina compacta de cinco puertas: en toda regla y con personalidad propia.
Tanto, tan «propia», como que, en las previsiones del fabricante checo que orbita en el Grupo VW, el Spaceback estará presente en un 80% del los segmentos del mercado, por mucho que el Octavia siga siendo el embajador por antonomasia de la marca.
Por aquello de la implementación tecnológico-productiva en el seno del consorcio automovilístico germano, en el que también militan Audi y Seat (además, calro, de la propia Volkswagen), el Spaceback hereda el tren delantero del Seat Ibiza y el trasero del León con, lógicamente, los oportunos retoques inherentes al voladizo posterior (18 centímetros menos que el Rapid del que se deriva).
Siempre con referencia al Rapid, y sin grandes sorpresas en su interior, sí que el Spaceback ofrece personalizaciones como el volante deportivo de tres radios, un acabado de superior calidad en el salpicadero y hasta terminaciones cromadas para los mandos del equipo de audio. Quizá «sólo» detalles, aunque tan significativos como para -ya se ha dicho- imprimir una personalidad propia a nuestro protagonista. Acentuada, eso también, por el techo acristalado panorámico que se extiende hasta enlazar con el perfilado alerón que remata la luneta trasera.
En el capítulo mecánico, cinco son las propuestas de Skoda para la motorización del Spaceback: tres de gasolina y dos gasóleos, sobradamente conocidas -y probadas- en el catálogo del fabricante.
Es precisamente en la gama de gasolina donde el Spaceback adopta el exotismo de la caja automática secuencial de 7 marchas (DG7) unida al 1.4 TSI de 122 CV (inyección directa de combustible), mientras las otras dos posibilidades viene dadas por el 1.2 TSI (85 CV) y el 1.2 TSI (105 CV) con el paquete «Green Tec» (Start&Stop, neumáticos de baja resistencia a la rodadura, frenada regenerativa…) que le permite homologar 5,0 litros de consumo medio y menos de 120 g/km de CO2 lo que, como fácilmente habrá colegido el lector, lo exime del Impuesto de Matriculación.
La oferta diésel viene dada por el 1.6 TDI en versiones de 90 y 105 CV, el primero unido al cambio DSG o al manual de 5 velocidades y al manual de 5 velocidades en el segundo caso.
Por lo demás, el Spaceback ofrece de serie elementos como el control de tracción ESC, aire acondicionado, radio con MP3, respaldo trasero abatible por partes, retrovisores exteriores eléctricos y faros antiniebla. Conforme se suben escalones (acabado Ambition), también se ofrece el control de crucero, volante forrado en piel, elevalunas eléctricos, cristales tintados; mientras el acabado superior (Elegance) añade climatización automática Climatronic, llantas de aleación de 16 pulgadas (neumáticos 215/45-16) y Bluetooth manos libres para el teléfono.
En suma, que el Spaceback se convierte en una tarctiva propuesta para quienes pretendan una ranchera de aspecto deportivo.