Culto electrónico
Estética más deportiva y acabados superiores . La electrónica toma carta de naturaleza en la segunda generación del superventas Nissan Qashqai. Más grande y ligero, evoluciona en chasis y condiciones dinámicas. Su tarifa oscila entre 20.650 y 31.450 euros.
Interior más vistoso, con materiales de mayor calidad.
Segunda entrega. La evolución tecnológica del Qashqai (cuarto modelo más vendido del mercado español en 2013) la traduce Nissan en un abultado paquete de novedades como para el recién llegado igual, cuando no supere, a su plurivendido antecesor.
Más amplio, práctico y menos consumista.
Con estos mimbres, el fabricante nipón ha construido una nueva entrega del que, para Nissan, se ha convertido en uno de sus puntales comerciales desde su aparición hace media docena de años: 2 millones de unidades contabiliza desde entonces, uno y medio en Europa, lo que ya dice mucho de la aceptación internacional de un modelo que, ahora, se sitúa un punto por encima en los planteamientos exclusivistas de la marca.
Una exclusividad que tampoco trae aparejada una tarifa disparada; el Qashqai mantiene unos precios tan recortados como los 20.650 euros «de acceso», que se quedan en 17.700 si el comprador se acoge al Plan PIVE y al programa de financiación de la marca.
Un formato más deportivo y mayor empaque tecnológico, son las bazas que juega nuestro renovado protagonista que, en verano (julio), también cambiará el actual Qashqai +2 por la nueva versión X-Trail de 7 plazas.
Los casi cinco centímetros suplementarios (4,39 m. totales) que ahora mide la carrocería del Qashqai, y los dos más de ancho (1,80 m.) propician mayor amplitud interior —sobre todo en las plazas traseras— a la vez que el maletero gana una treintena de litros de capacidad, dejando la cota en 439 litros, mucho más prácticos ahora merced a los 15 centímetros suplementarios en la elevación de apertura del portón y también por las hasta 16 distintas configuraciones del piso variable. Con lo que Nissan potencia la filosofía familiar del renovado Qashqai.
Una evolución que se aprecia también en el abanico mecánico, con motores menos consumistas, mejor insonorizados y que acaban por propiciar un mejor tacto dinámico al modelo.
El escalón de acceso viene dado por el turbo gasolina1.2 litros de 115 CV (5,6 litros de consumo medio), al que sigue el turbodiésel 1.5 dCi de 110 CV, que homologa un nuevo récord de consumo: 3,8 litros por cada centenar de kilómetros (1,1 litros menos que su antecesor).
La propuesta superior entre los gasóleos —y de toda la gama— viene dada por el 1.6 dCi de 130 CV (4,4 litros de consumo medio) que es el único que puede montar la tracción total 4x4 unida a la caja de cambios automática CVT de variador continuo.
Una oferta reducida, para lo que se estila actualmente, aunque bien compensada en su escalonamiento y que, a buen seguro, recibirá algún integrante más; como será el caso, en verano, del 1.6 turbo de 150 CV.
La oferta de seguridad aumenta sus propuestas desde el acabado de acceso (Visia) en el que se cuenta de serie con 6 airbag, ESP, aire acondicionado, retrovisores y elevalunas eléctricos, ordenador de viaje, control de velocidad de crucero, freno de mano eléctrico, equipo de audio y conexiones USB y Bluetooth para el teléfono portátil.
El acabado Acenta (1.000 euros suplementarios) suma las llantas de aleación de 17 pulgadas, volnate y pomo de la palanca de cambios tapizados en cuero, climatizador bizona y sensores de luces y limpiaparabrisas.
Mientras las dos terminaciones que coronan la renovada gama del Qashqai, N-Tec y Tekna, ofrecen el sistema de luces largas automáticas, alarma de desplazamiento involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico y radar frontal para evitar impactos; también (Tekna) detector de fatiga del conductor y retrovisores exteriores con sistema de alerta de ángulo muerto, para detectar la presencia de otros vehículos en nuestro entorno.
Por lo demás, el nuevo Qashqai hace gala de un modernizado diseño exterior, y una optimizada aerodinámica que, unida al menor peso (entre 40 y 90 kilos, según versiones), es la responsable del mencionado recorte de consumos, a la vez que se aprecia un evidente salto cualitativo en un interiorismo que gana en prestancia, por su diseño modernista (a nadie se le oculta que el anterior Qashqai era algo soso), una mejor postura de conducción y, sobre todo, por mayor número de aplicaciones telemáticas, hoy tan en boga.
En suma, que el Qashqai gana enteros con una renovación, «en segunda instancia», que l permitirá seguir contando con el beneplácito comercial del superventas de Nissan.