Diario de León

Cambio de cara…

El Ghost afronta una profunda remodelación . No es habitual. Sólo se produce... muy de tanto en cuanto. La doble «RR» insufla un nuevo aire a su «fantasma» más querido. El Ghost, ahora ya Ghost II, cambia su fisonomía: faros, paragolpes, llantas y renueva tanto su interior, como para adoptar un cambio de marchas… por satélite.

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León

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Lujo por antonomasia. Eso sí que no cambia: el lujo como seña de identidad de la marca que fundasen, allá por 1904, Charles Rolls y Henry Royce, coronada, la fusión, por el mágico «Spirit of Ecstasy»; la emblemática estatuilla cincelada por Charles Sykes a imagen y semejanza (por inspiración) de Niké, la Diosa Griega de la Victoria.

Nacía entonces, y ha superado el tiempo ahora (en la órbita del Grupo VW), una marca que ha acabado por convertirse —contra viento y alguna que otra marea— en marchamo de excelencia mundial.

Es verdad que «RR» nunca ha aportado «excesivas» innovaciones... hasta hoy. La llegada de la segunda entrega del Ghost, supone todo un revulsivo para un modelo lanzado hace ya cinco años y que renace con la firme intención de sugestionar a una —también renovada— generación de usuarios jóvenes —y adinerados... claro— capaces de permitirse estos lujos trufados en modernismo.

Así que, en «RR» insuflan nuevos aires al «fantasma»; leves pinceladas estéticas y mucha tecnología embarcada aunque, eso también, sin perder un ápice de la exclusividad que siempre ha acompañado a Rolls: el «Éxtasis» convertido en «Espíritu» desde hace décadas, tantas… como los 103 años que cumple, en éste 2014, la célebre estatuilla.

Por aquello de ir con los tiempos y plegarse —nunca doblegarse— a las nuevas corrientes: faros con luces diurnas de led, parachoques mucho más contundentes e inserciones cromadas en las agrandadas tomas de aire frontales.

Aunque, como siempre en «RR», el lujo —¿desmedido?— continúa tomando carta de naturaleza en un interior cuyos planteamientos han venido dando a la marca sus mejores activos comerciales.

Así que, ¿para qué cambiar lo fundamental?, sólo una actualización de «pequeños» detalles, pinceladas de diseño y, eso sí, «colocar» el interiorismo a la vanguardia de la tecnología en conectividad de última hornada: infinidad de funciones gracias al Wi-Fi de a bordo; por no hablar del sistema de audio de alta -altísima- fidelidad «Bespoke Audio» que ofrece la nada despreciable cifra de... 18 altavoces.

¿Qué pensarían de esto Charles y Henry? Pues que, como desde la noche de los tiempos en la ya dilatada trayectoria de la compañía, «habrá» que seguir tomando una pieza ya existente y «seguir» mejorándola, hasta el infinito… y más allá.

Como cuando Charles y Henry, hace ya un montón de décadas, a caballo entre dos siglos, firmaban «RR» las más sugestivas realizaciones que haya conocido —y conoce— el mundillo del automóvil. Por mucho que la marca, y sus sucesores, tampoco hayan sido tan proclives a cambios... sin ton ni son. Sólo cuando «hace» falta. Y, al parecer, ahora ha hecho… falta.

El «fantasma» del XXI, convertido ya en Ghost II, afronta una sugerente «segunda juventud».

No es habitual. Sólo se produce… muy de tanto en cuanto.

Se ha producido… en 2014.

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