Fascinación... irresistible
Disponible con propulsión trasera o total 4Matic. . Desvelado sobre la moqueta del Salón de Ginebra, refuerza en lo más alto el catálogo de la renovada Clase S. El V8 Biturbo de 5.5 litros, firmado por AMG y que entrega 585 CV, se convierte en el miembro más potente de la familia BlueDirect.
Sugestión... alta de gama. Tras la presentación del nuevo Clase Copué en Ginebra a principios de marzo, le toca ahora el turno a la versión más deportiva en la muestra de Nueva York, aunque no llegará a los concesionarios hasta finales de año.
Deportiva y extrema, ésta nueva versión del S Coupé la firma el preparador de culto de la estrella plateada en clave de dinamismo aderezado con una preciosista carrocería, que esconde aplicaciones tan de última hornada como la suspensión neumática con amortiguadores adaptativos «ADS Plus» que, en este caso, se ha desarrollado específicamente para una «armonización» específica del eje delantero, incluyendo una mayor caída (negativa) de las ruedas, así como una barra estabilizadora de mayores dimensiones y unos apoyos más rígidos en el eje posterior.
Claro que, por aquello de rendir culto a la relación peso/potencia, condición imprescindible de todo deportivo que se precie, AMG ha conseguido rebajar hasta en 64 kilos la romana de nuestro protagonista gracias, entre otras cosas, a la masiva utilización del aluminio en la composición de gran cantidad de elementos de la carrocería, incluso el composite para el sistema de frenos que, por primera vez monta opcionalmente discos cerámicos lo que, paralelamente, contribuye también a la reducción de las masas no suspendidas.
Fieles a la máxima: «un hombre, un motor»; la producción artesanal continúa —¡por descontado!— siendo norma de la casa en AMG, con lo que, como en todas las mecánicas de V8 y V12 del preparador, también el grupo Biturbo V8 del S 63 Coupé se fabrica a mano en la manufactura de motores AMG de Affalterbach.
Así, la placa que acredita la procedencia mecánica, no es solamente una credencial de precisión y calidad productiva típicas de AMG, también todo un visible distintivo del «ADN» propio del preparador.
El V8 gasolina, que cubica 5.5 litros y rinde 585 CV, se asocia al cambio automático secuencial AMG Speedshift MCT de 7 marchas y con tres modos de utilización: «C» (Controlled Efficiency), «S» (Sport) y «M» (Manual), equipando de serie la función ECO de arranque/parada automática del motor en detenciones prolongadas.
También por primera vez se ofrece la posibilidad de elegir entra la propulsión trasera y la total a las cuatro ruedas (4Matic), con un reparto «normal» del 33% de la potencia de tracción sobre el tren delantero y el 67% restante sobre el trasero, con lo que se prima la filosofía de propulsión que, como fácilmente puede suponerse, potencia el dinamismo rutero del coche.
Consecuencia: 4,3 segundos en aceleración de cero a cien y unos autolimitados 300 por hora de punta y 10,1 litros de consumo medio (237 g/km de CO2) en el caso de la versión de propulsión trasera y de 3,9 segundos sprintando de cero a cien cuando se trata de la tracción total 4Matic.
Y la guinda: el emocional, y deportivo, escape con mariposas automáticas, que varía la musicalidad de las cuatro salidas en función del modo de conducción seleccionado.