Treinta «velas»... para el Ibiza

Appel, compact disc... e Ibiza. Tras la salida de Fiat del accionariado de la Sociedad Española de Automóviles de Turismo, las pinceladas de Giorgio Giugiaro (Italdesign), las mecanizaciones de «System Porsche» y los vestidos del carrocero Karmann daban como resultado uno de los coches más carismáticos en la moderna historia de la compañía —desde hace años en la órbita del Grupo VW—.

Aquel primer Ibiza, que se codeaba en el tiempo con el lanzamiento del Mac firmado por Appel y la popularización de los discos compactos, se convertiría también en todo un revulsivo para Seat, amén de un auténtico símbolo de la España de los ochenta: dinámica, ambiciosa y dispuesta a cambiarlo todo, con el refuerzo de la imagen festiva e internacional de la isla mediterránea; así, su lanzamiento acabó por marcar un punto de inflexión en nuestro paisaje automovilístico.

Tanto es así que, en su primer año de vida comercial, el Ibiza contabilizó 1,3 millones de unidades en su haber.

En 1984, el escenario elegido para su puesta de largo mundial sería el prestigioso Salón del Automóvil de Paris. Gracias a lo glamouroso del escenario y al superventas, Seat arrancaría su proyección internacional con la exportación de un abultado volumen del modelo.

Desde entonces, el icónico Ibiza viene registrando unos niveles de exportación del 69% (alrededor de 3,5 millones de unidades) a los más de 75 países en los que está comercialmente presente la marca, con especial incidencia -además, lógicamente, de España- en Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Portugal y México.

Seat, integrada ya en la órbita de Volkswagen, cerraba la década de los ochenta marcando récords de producción y ventas con, además, el espaldarazo mundial que para el Ibiza supuso ser nombrado «Coche Oficial de los JJOO de Barcelona´92».

Hasta 1993, la actividad productiva de la marca se había concentrado en las seculares instalaciones barcelonesas de la Zona Franca, pero la entrada en un nuevo consorcio automovilístico (VW), la gran acogida de los nuevos modelos en la generalidad de mercados y la necesidad de incrementar la capacidad industrial y de producción, reclamaban urgentemente un nuevo complejo industrial, con lo que se imponía la puesta en marcha de una moderna factoría aledaña al Centro Técnico, de forma que la segunda generación del Ibiza se convertiría en el primer modelo producido por Seat en sus nuevas instalaciones de Marteroll, cuya entrada en funcionamiento supondría paralelamente la creación de todo un parque industrial de proveedores, entonces con una veintena de empresas satélite.

Si Guigiaro firmó la primera generación del Ibiza (1984-1993), y también la segunda (1993-2002) en la que ya se apreciaba un evidente salto estético (formas más aerodinámicas y redondeadas) y un apreciable incremento técnico y de equipamiento, la tercera entrega (2002-2008) la perfilaría el actual director de diseño del Grupo VW, Walter De´Silva, haciendo hincapié en la calidad productiva, el abanico motorístico y la optimización del comportamiento dinámico; con lo que De´Silva ponía el punto de inflexión, no sólo en una atractiva estética, también -lo más significativo- en el concepto «Chasis Ágil», desarrollado por el Centro Técnico de Martorell.

La cuarta —y actual— generación del Ibiza (2008) es obra del entonces responsable de diseño de Seat, Luc Donckerwolke, inaugurando en el frontal del coche el concepto «Arrow Design», que propiciaba unas pinceladas más deportivas, merced a unos marcados trazos geométricos y la «Línea Dinámica» lateral del modelo.

En definitiva, que a lo largo de estas tres décadas, en las que el Ibiza ha contado con diversas arquitecturas (Berlina, Faimiliar, Cupra…) en sus «doce + uno» años de vida comercial, puede presumir de ser el utilitario más vendido en el mercado español y, por descontado, el de más éxito en la historia «moderna» de la marca.