El «tecnológico» más lujoso de Volvo
Revolución en el «mundillo» de los SUV altos de gama. Sólo el interior... de momento. Volvo desvela las primeras pinceladas del próximo XC90, cuyo vestido se conocerá en agosto. Un programa de lanzamiento que el fabricante sueco irá, poco a poco, divulgando en «capítulos de dentro hacia afuera».
Si en 2002 el primer XC90 revolucionó el segmento SUV, otro tanto pretende ahora la marca con la segunda entrega que, entre otras cosas, se perfila con el habitáculo más lujoso, y equipado, realizado hasta la fecha: combinación de materiales como el «cuero suave» y la madera con detalles de cuño artesanal que incluyen una palanca de cambios de cristal «Orrefors», el famoso cristalero sueco, y mandos para el arranque y parada y control del volumen de audio tallados en forma de diamante.
El nuevo XC90 puede presumir de ser el primer Volvo que usa la SPA (Arquitectura Escalable de Productos) que permite crear una gama más amplia en diseño, optimización dinámica y adopción de las últimas técnicas de seguridad y tecnologías conectadas a los coches, a la vez que permite disponer de un mayor espacio en el habitáculo. También se ha mejorado el diseño de los asientos, con una intuitiva regulación eléctrica, ofreciendo más espacio para los ocupantes de la segunda y tercera fila de asientos, con lo que el XC90 se convierte así en un auténtico 7 plazas.
El sistema de climatización de cuatro zonas, ofrece ajustes individuales para los ocupantes de las plazas delanteras y para los de la segunda fila. Dependiendo de los mercados, la unidad independiente de aire acondicionado para la tercera fila será de serie u opcional. Una suerte de competitividad añadida, una bandera que Volvo enarbola con esta segunda generación del XC90.
Para Germán López-Madrid, máximo responsable de Volvo en España, «la competitividad no tiene límites precisos», aunque es verdad que alcanzar una posición competitiva requiere la incorporación del progreso técnico, además de la diversificación de productos exportables en condiciones de calidad y precio al menos igual que el de los competidores.
Por mucho que «crecer por crecer», sólo por ganar cuota de mercado —sin más—, no tenga mucho sentido para quien ha venido pilotando, desde hace décadas, los destinos del fabricante sueco por estos nuestros lares... y por los europeos: «hay que crecer con valor añadido». «El sector -del automóvil- necesita rodar coordinadamente, acercándose al cliente»... posición que Germán —permítaseme apearle el tratamiento— viene defendiendo a capa y espada, en favor de «su» red de concesionarios y largando andanadas tan contundentes (a «quién» corresponda... claro) como que «la fiscalidad del automóvil es manifiestamente mejorable», habida cuenta (eso también hace tiempo que lo sabemos… el común de los mortales) que la del coche, tras la vivienda, es la segunda compra más importante para cualquier familia. Así que, la tal fiscalidad «debería» enfocarse más al uso que —exclusivamente— a la compra del automóvil.
También la adaptación a las nuevas condiciones de competencia en los mercados pasa, y «pivotará» durante los próximos quince años, por el eje Asía-Pacífico con, en la inmensa mayoría de mercados —español incluido—, una clientela cada vez más exigente y «avisada», en tanto en cuanto los compradores se presentan en los concesionarios con un abultado paquete informativo bajo el brazo… y con la cartera a buen recaudo.
Por resumir, en la visión de López-Madrid, que por mucho que, en ocasiones, pudiera parecer lo contrario, el del automóvil resultar ser un sector potente y bien desarrollado, que contribuye a la evolución económica e industrial del país —el nuestro—; que puede presumir de contar con fábricas versátiles y productivas, también de contar con un desarrollado tejido local de proveedores, suficientes infraestructuras, una distribución competitiva (aunque todavía fragmentada... eso también) y, lo mejor, con un desarrollo de nuevos modelos de gestión enfocados al cliente. Por no hablar, como en el nuevo Volvo XC90, de la incorporación de nuevas tecnologías en el automóvil.
En cualquier caso, la bola de cristal de Germán López-Madrid (de «Orrefors» o de la Real Fábrica de Vidrios y Cristales de La Granja... por barrer para casa) visiona entre 800.000 y 825.000 ventas «españolas» al cierre del presente ejercicio 2014, que podrían alcanzar las 900.000 en el próximo 2015… aunque ya sea mucho adelantar. ¡Que así sea!