saca pecho
Renault propone un nuevo «físico» para su urbanita... más urbano. Exteriormente más compacto e interiormente más capaz, el Twingo lleva el motor atrás… enarbolando la bandera de su nueva sinergia con Mercedes. Llegará en noviembre, con una tarifa a partir de 11.700 euros.
Carrocería de cinco puertas y modernistas «redondeces» en la tercera generación del Renault Twingo.
Parecidos... razonables. «Puede» que el lector encuentre similitudes estéticas entre «éste» Twingo y «alguna» otra realización transalpina... no se lo reprocharemos; como tampoco que el rombo haya maridado con los germanos de la Daimler-Benz (los amores de Mercedes… ya se sabe) a la hora de perfilar las nuevas formas de su urbanita por excelencia: el Twingo, que ha cambiado tanto en los últimos tiempos como para presentar ahora una cara tan «nueva»... como reconocible.
Sea como fuere, el caso es que Renault se lanza -una vez más- a la aventura como para ¡trasladar a la zaga el tricilíndrico!... cosas veredes...
Y hasta para compartir chasis con el también nuevo Smart Fourfour... cosas «seguiredes» viendo...
Así que, por mucho que los vestidos sean diferentes, la «esencia» es la misma; como el hecho de compartir la mayoría de componentes y, por ende, la cadena de montaje en la factoría eslovena de Novo Mesto; ya saben, para ganar competitividad y reducir costes.
Se trata, como fácilmente el lector habrá colegido, de rentabilizar lo más posible —y tampoco es fácil— la puesta en escena de los modelos ciudadanos, cuyos costes productivos se equiparan —cuando no superan— a los de sus hermanos mayores los utilitarios; así que, con una practicidad inferior... hay que reinventarse.
Y bien que se reinventa el sucesor de aquel otro Twingo que naciese en el tercer año de los noventa, en clave de monovolumen de bolsillo, rompiendo bastantes más moldes que ahora, por mucho que su incidencia comercial no fuese la prevista pro el fabricante (solo 70.000 unidades hasta nuestros días).
La tercera entrega del Twingo, que desembarcará a primeros de noviembre en los concesionarios españoles, pierde una decena de centímetros en su longitud exterior (3,59 metros totales) aunque aumenta su batalla hasta 1,25 metros entre ejes lo que, a ojos vista, le proporciona mayor empaque, con la curiosidad añadida de recoger algo del ADN de la primera generación y, sobre todo, del icónico R5 —en la zaga, fundamentalmente—, con lo que se diría que el rombo hace un nostálgico guiño: portón trasero acristalado y cinco puertas (no habrá versión de tres huecos).
Claro que, si de curiosidades se trata... la del motor trasero se lleva la palma y, de paso, ayuda a mejorar la habitabilidad de un diseño interior tan simple —por minimalista— como moderno; y de propina, con infinidad de posibilidades de personalización. El maletero ofrece 188 litros de capacidad, con su base más elevada de lo normal para sitio a la mecánica.
Si la posición trasera del motor (propulsión idem) propicia la reducción del frontal del coche y, paralelamente, una mayor habitabilidad —valga la redundancia— del habitáculo, Renault tampoco aprovecha ese espacio como maletero adicional, se alojan allí elementos como la climatización y las protecciones para caso de accidente.
La gama motorística del Twingo se declina en un par de tricilíndricos de gasolina: 1.0 litros de 70 CV (11.700 euros) que homologa 4,2 litros de consumo medio (95 g/km de CO2) y el turboalimentado 0.9 TCE de 90 CV (13.500 euros) que consume 4,3 litros de media (99 g/km de CO2). Ambos unidos al cambio manual de 5 marchas y al sistema «Start&Stop» de arranque-parada automática del motor en detenciones prolongadas.
Así que, con el concurso de Smart, Renault ha tocado la tecla emocional en la realización de un Twingo que, sea como fuere, tampoco dejará indiferentes a los incondicionales… y a quienes puedan serlo a partir de ahora.