En condiciones extremas...
Así trata Seat a los nuevos modelos antes de su desembarco en la cadena de montaje... y en las exposiciones de los concesionarios: 20.000 desérticos kilómetros a 40 grados de temperatura.
Medio centenar de especialistas e ingenieros del Centro Técnico de Seat, han paseado este verano sus delicadas maneras por una zona desértica del sur de España para realizar lo que, en argot automovilístico, denominan «Summer Tests»: un abanico de ensayos que van desde machacar la resistencia de los pasos de rueda a pulverizar el filtro de aire del motor tragando, durante un par de ininterrumpidas horas, la polvareda de un vehículo de apoyo; y que servirá también, para garantizar la estanqueidad en el interior del habitáculo.
Hasta 3.000 kilómetros recorren estos ocasionales pilotos para analizar los impactos ocasionados por la gravilla en la zona de los bajos del coche, pasos de rueda y en la parte exterior y posterior del parachoques. Y la comprobación de más de 3.000 piezas componentes del coche mediante la prueba «klapper», que se realiza en pistas de superficie irregular y en la que, además del oído humano, se utilizan equipos de soporte como la endoscopia para su análisis.
¿El escenario? Pistas de baja adherencia y con curvas de diferente radio; carreteras con hielo, nieve o en mal estado; circulación en altura; diferentes combustibles; calor extremo o frío intenso… porque cada país, cada mercado, tiene sus requerimientos específicos.
Así que, al margen de los «Summer Tests», los especialistas de Seat viajan, cuando se precisa, por países de los cinco continentes: México, norte de África, Rusia, China y, desde luego, por toda Europa para someter a los coches a todo tipo de perrerías que, al final... el usuario agradecerá.