«Aperta»
Prestaciones récord... a cielo abierto. El Spider más potente realizado nunca por la marca, lo propone Ferrari sobre la base del 458 Speciale Coupé. Menos de medio millar de unidades, una menos, en serie limitada, para celebrar los triunfos de Maranello en el Mundial de Resistencia esta temporada.
A... como «aperta». Il Cavalllino celebra los éxitos del espectacular biplaza 458 —«cerrado»— en sus diversas declinaciones racing (doble título mundial de Resistencia y sendas victorias de clase en las 24 Horas de Le Mans, 24 Horas de Daytona y 12 Horas de Sebring) con una serie limitada «speciale» (499 unidades destinadas a otros tantos «especiales ferraristas») equipadas con el V8 stradale aspirato de 4,5 litros y 605 CV a 9.000 giri; 135 CV/litro de potencia específica; una romana de 1.340 kilos, con lo que cada caballo se encarga de mover 2,21 kilos y 55,1 metros/kilo de par a 6.000 vueltas, además de unos contenidos 275 g/km de CO2. Una perla en los catálogos de Maranello...
La consecuencia son unas credenciales de lo más contundentes: 3,0 pequeños segundos en el sprint de cero a cien; 9,5 segundos de cero a doscientos (9,1 para el Coupé, 50 kilos más ligero) y un minuto, veintitrés segundos y cinco décimas… para cubrir el giro en la pista de Fiorano.
Así que, al 458 Speciale, se le une ahora una sugestiva versión Aperta (lo de «descapotable» no deja de ser una ordinariez... para Il Cavallino) cuya principal virtud -además de la motorística- hay que buscarla en un cuidado estudio aerodinámico «activo» del frontal y la zaga, herencia por vía directa de las carreras; también en la rigidez de un chasis para cuya construcción Ferrari recurre a una decena de diferentes aleaciones de aluminio y, para que nada falte, a un innovador sistema de control de deslizamiento lateral (SSC) que optimiza las derrapadas al límite de la propulsión trasera.
El aluminio también se utiliza en el techo retráctil de accionamiento eléctrico: 14 segundos... y tendremos abierto el 458 Speciale, cuya carrocería viene pintada en amarillo tricapa, recuérdese que el amarillo es el color de la bandera de Módena y el que reserva Maranello para sus realizaciones «competición-cliente», personalizado para la ocasión con una franja central blanquiazul (guiño a la histórica NART).
Las llantas, en tono gris y de cinco radios, son específicas para el modelo; mientras el interior, en el que también se ha ahorrado un buen número de kilos, viene personalizado con unos nuevos asientos anatómicos en acabado «Alcántara» y con el túnel central de la transmisión (motor en posición central/trasera y cambio de 7 velocidades con doble embrague) realizado en fibra de carbono color azul; material que también se utiliza para el conjunto de pedales.
En suma, una joya para coleccionistas… incondicionales.
Por cierto, hemos «preferido» priorizar fotográficamente la vista zaguera del Ferrari 458 Speciale «Aperta»... porque será la que más vean sus enemigos naturales.