Q2. El pequeño SUV de Audi

Emocional… vigoroso. Realizado sobre la ‘profusa’ plataforma MQB del Grupo VW, sus 4,22 metros de largo sitúan al Q2 entre el Skoda Yeti (4,22) y el Peugeot 2008 (4,16 metros) y, lo mejor, convierten al Q2 en un modelo de lo más proporcionado, también ajustado en su romana lo que —así se presume— debe redundar en un excelente comportamiento rutero.

Cuatro holgadas plazas —aunque haya cinco asientos— lo convierten en una buena opción de compra que, además, cuenta con una atractiva carta de presentación —también en lo estético— que firman los ingenieros de Ingolstadt (allí arrancará su producción el próximo junio) en base a la adopción de todos los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción al uso, como el control de crucero adaptativo —con función «Stop&Go» , asistente de conducción en atascos— o el «Audi Virtual Cockpit», con pantalla de 12,3 pulgadas y dos modos de visualización: Head-up Display o el MMI Navegación Plus.

Después del «Concepto Prologue», el diseñador Michael Lichte comienza implantando su sello en el Q2, a la espera del nuevo A8 que se convertirá en su «primera obra completa»; hasta que esto llegue, el pequeño todocamino de los Cuatro Aros se conforma con 1.205 kilos (versión tricilíndrica 1.0 TFSI de 116 CV) y, lo mejor para la versatilidad, 405 litros de capacidad de maletero, ampliables a 1.050 si se abaten los respaldos de la segunda fila de asientos. Según versiones, el portón trasero puede tener accionamiento eléctrico.

Siguiendo con el capítulo mecánico, la gama Q2 ofrecerá seis posibilidades: tres gasolina TFSI (turboalimentados con inyección directa) y otros tantos gasóleos TDI (turbodiésel de rampa común).

Junto al comentado tricilíndrico de 116 CV, también habrá un 1.4 TFSI de 150 CV —con desactivador de cilindros— y el techo de gama’ 2.0 TFSI de 190 CV —habrá que esperar hasta 2017—.

Las propuestas TDI vendrá dadas por el 1.6 de 116 CV y el 2.0 litros en versiones de 150 y 190 CV. Las cajas de cambio serán manuales de 6 marchas o las automáticas de 7 relaciones y doble embrague S-Tronic, que Audi combina con todas las mecánicas (los 2.0 TFSI y 2.0 TDI la montan de serie).

Por lo que respecta ala tracción total Quattro, se montará de serie en las versiones de 190 CV, bien sean los gasolina TFSI o los gasóleos TDI, y opcional con los motores de 150 CV. Las versiones 1.0 TFSI y 1.6 TDI solamente se venderán con tracción delantera. También será de serie la dirección de desmultiplicación variable, como la amortiguación adaptativa, que ofrece el modo «off-road» del control de estabilidad.

Los colores ‘divertidos’ e infinidad de posibilidades de personalización exterior e interior, acabarán por configurar un «coche a la carta»: dos generosas —y contorneadas— entradas de aire y la elevada posición de la parrilla «Singleframe», otorgan la ‘imprescindible’ apariencia SUV a un Q2 que, en su vista lateral, ofrece unas líneas singularmente afiladas y ‘aderezadas’ por unos polígonos que acentúan la silueta de un coche que ostenta el privilegio de inaugurar el nuevo lenguaje de diseño en Audi, un lenguaje de «formas geométricas —sostiene Marc Lichte— con características de diseño específicas del modelo». El nuevo coche presenta un carácter independiente dentro de la familia Q».

Claro que donde el Q2 marca diferencias es en la aplicación del ‘side blade’ , de tonalidad personalizable, en el perfil inferior del pilar C; mientras, por encima de la lata línea de cintura, las estrechas ventanillas ocupan alrededor de un tercio de la superficie. Los flancos enfatizan unos marcados pasos de rueda y el largo spoiler zaguero de techo, además de la gran curvatura de los paragolpes y el difusor inferior junto a la protección de los bajos de caja, ofrecen una apariencia estética de lo más dinámica.