Diario de León

Rombo… apasionado

Renault, 115 años de carreras. Del triunfo de Marcel, uno de los fundadores, en la París-Viena de 1902 a la participación en el primer Grand Prix de la historia del automovilismo deportivo. Y de ahí… a la conquista de los ‘locos años 20 y 30’, al ‘Étoile Filante’ en los 50, al Gordini y a las míticas ‘Berlinette’ Alpine, más de un siglo… nos contempla. El ‘Rombo’… de carreras.

Entrañable… también en las carreras. Pocos como el «4/4» representan tanto, y tan bien, el espíritu popularizador del ‘rombo’.

Entrañable… también en las carreras. Pocos como el «4/4» representan tanto, y tan bien, el espíritu popularizador del ‘rombo’.

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ
León

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Fernand, Marcel, Louis… ‘Renault Frères’ . En 1898 Louis, hijo de un fabricante de tejidos, que con sólo once años convirtió su habitación en ‘taller’ , lanzaba su primer automóvil.

Fernand (el mayor… el ‘economista’ ), Marcel (el mediano, vendedor, piloto… ‘publicidad’ ), Louis (el pequeño, el ‘mecánico’ … el fabricante).

Así comenzó a escribirse la historia. En Billancourt, a ‘tiro de piedra, a golpe de manivela’ de Paris; rodeada, a principios del XX, con utensilios y ‘ferralla’ la casa familiar para, un puñado de años después, en 1920, tras la Grand Guerre, cruzar el puente sobre el Sena y establecerse en la Île Séguin ; se ‘presagiaba’ la ‘Régie’ … la ‘Régie Nationale des Usines Renault’, aunque para eso tuviesen que pasar —aún— ‘otro’ puñado de años… hasta 1945. Entre 1938 y 1939, ‘aventando’ ya la II Guerra Mundial, salían 45.400 coches y 15.600 vehículos industriales de la fábrica de la Île Séguin .

También el destino desbarataba algunos planes. El segundo conflicto bélico del siglo trastocaría tanto la trayectoria de Renault, como las de los demás constructores de la época. El fallecimiento de Louis, en octubre de 1944, un año antes de la liberación de París (una muerte, aún hoy, plagada de incógnitas) dejaría descabezada la empresa. Años antes, a los 31 de edad, Marcel había perdido la vida en la París-Madrid de 1903; incluso Fernand ya se había retirado del negocio en 1908.

La desaparición de los tres fundadores, unida a la debacle bélica, auparía a Pierre Lefaucheux a la presidencia del ‘rombo’ y, posteriormente (16 de enero de 1944) bajo el gobierno provisional de Charles Degaulle, a la nacionalización: ‘Régie Nationale del Usines Renault’ , con Robert Lacaste (ministro de Industria), Pierre Mendès-France (Economía), Alexandre Parodi (Trabajo) y René Pleven (Hacienda) en el consejo directivo.

A partir de ahí, en los primeros meses de 1945… la recuperación: hasta 60 vehículos diarios se producía Billancourt, todo un récord para la época si pensamos en las dificultades de aprovisionamiento.

Y en este ‘clima’ llega, por popularización y en un escenario de agrias discusiones internas, el primer gran producto del ‘rombo’ : el 4CV («4/4»… en español ), 300 unidades diarias en unas instalaciones que hasta entonces ‘sólo’ habían producido 250. Una idea, la del «4/4» , pergeñada incluso antes de la guerra, nada menos que por… Ferdinand Porsche y cuya producción se extendió desde agosto de 1947 a julio de 1961, incluido el ‘pucelano’ de FASA, que compartía catálogo con la ‘casa madre’ de Billancourt, la factoría nipona de Hino y la australiana de Sydney.

Sucesor del Juvaquatre y antecesor de los ‘mitológicos’ Dauphine y Gordini, el «4/4» es —‘con la venia’ — uno de los más genuinos productos del ‘rombo’ , el que —permítaseme… de nuevo— más y mejor representa el espíritu de recuperación —¿‘Ave Fénix’?... también— de una marca más que centenaria; también en las carreras, como ‘aquel’ R8 Gordini o el ‘epopéyico’ Alpine… también el «4/4» estuvo en la pelea, ni siquiera se le resistió —con mayor o menor fortuna— La Sarthe , las 24 Heures contaron con él en la línea de salida —no tanto en la llegada-, como en numeroso rallyes de la época —los años 50-, y como en una ‘nacencia’ tan novelesca como la clandestinidad del prototipo aparecido en 1946, como aquella primera serie (agosto del 47) pintada en ‘amarillo arena’ merced a la «donación» (o así…) de una partida de pintura del Afrika Korps de Rommel… a falta de tonalidades más ‘sugestivas’ ; con, eso sí, las llantas en color rojo. Un año después, los compradores podían ‘elegir otros’ colores: el negro… ¡no se quejarán!

Motor tetracilíndrico trasero (colgado por detrás del eje… ¡pues claro!), propulsión trasera (¡por descontado!) y 760 centímetros cúbicos que entregaban 21 CV… ¡a correr!

Como también corrieron, y no poco (se trata aquí de carreras), el espectacular Renault 40CV Type MM de récords (1926), monoplaza coupé aerodinámico de ruedas ‘al aire’ y motor de 9.0 litros, que consiguió rodar 24 horas a 173 Km/h. de media… ¡entonces!

Como el Nervasport, estética de inspiración aeronaútica y motor de 8 cilindros en línea, que impuso su ley en el Rallye de Montecarlo y en el Lieja-Roma-Lieja de 1935, antes de terminar segundo, justo por detrás de Bugatti, en el Rallye de Marruecos y de haber ‘roto barreras’ (1934, versión especial) en Montlhéry: 8.000 kilómetros en 48 horas, superando los 160 por hora de media y los 200 de punta, también… ¡entonces!

Como el azul «Étoile Filante» de los años 50, chasis tubular y dos ‘timones’ estabilizadores similares a los de un avión que, tras dos años en el túnel de viento, ‘pisaba’ los lagos salados de Bonneville (USA, septiembre de 1956) propulsado por una turbina (270 CV a 28.000 revoluciones), una transmisión «Transfluide» y alimentado por queroseno (otro guiño aeronáutico) con el que Jean Hébert —el primero de los Jean… Claude, Pierre, Luc) un nuevo récord de velocidad: 308,85 Km/h. marca aún vigente… en el XXI.

Como el Dauphine (¿germen del Alpine?... sin duda), monopolizador de las cuatro primeras plazas en la Mille Miglia y ganador del Tour de Corse en 1956; ensayo general para dominar, un par de años después, el Rallye de Montecarlo; o los inicios de Amédée… Gordini —por descontado-, creador de la magia epónima con el desarrollo, a finales de los 50, de una ‘radical’ versión del Dauphine que, a renglón seguido, continuaría con los no menos legendarios R8, R12 y R17… Gordini. ¡La locura! Una ‘locura’ que, en 1971, motorizaría los monoplazas del primer Campeonato de Francia de Fórmula Renault: Jacques Laffite, Jean Ragnotti, Alain Prosa, Sebastian Vetttel, Kimi Räikkönen, Lewis Hamilton… ¿les suenan?; pues ‘ellos’ , también ‘ellos’ , velaron sus primeras armas al volante de esos monoplazas.

Después, cuando las instalaciones parisinas de Gordini ya se habían quedado pequeñas y Viry-Châtillon tomaba el relevo… victoria en Le Mans y debut en la F1, con ‘aquellos’ motores V6 Turbo que abrieron el camino a toda una época en la máxima especialidad del automovilismo deportivo.

Y el R5 Turbo, aquel ‘Culón’ que no tuvo rivales entre mediados de los 70 y mediados de los 80. Y, dando vista a los 90, la vuelta a la F1, cuando el binomio Williams-Renault era el equipo a batir hasta —casi— finales de la década… y ‘vuelta a las andadas’ (del V10 al V8) a principios del XXI, la F1 siempre en el punto de mira… con Fernando Alonso, y el ‘rombo’ a cuestas, coronado campeón del mundo de Pilotos y de Constructores para la marca.

Suministrador de motores (Red Bull Racing 2007) y con «Renault Sport Technologies» entre los grandes de la F1, cuyo grupo motopropulsor (el del ‘rombo’ ), continuaba marcando pautas en el ‘combinado’ motor turbo y el eléctrico, que los tiempos mandan… ya también las nuevas tecnologías.

Y así, hasta 2016 «Renault Sport Formula One Team», que ‘no paramos’ , que 115 años de carreras… nos contemplan. ¡Félicitations… à tous!

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