124 Spider. Fascinante…
Cincuenta años en el imaginario de la fascinación deportiva. El 124 Spider combina la emoción de un ‘roadster’ con tecnologías de última hornada. Todo un revulsivo, junto con el nuevo Abarth 595, para su fabricante. Las tarifas arrancan en 16.130 y 35.830 euros respectivamente.
El nuevo 124 Spider revive sensaciones, experiencias de la conducción deportiva… en el XXI.
Objetivo: recuperar «la conducción»… deportiva.
Los nuevos Abarth 595 y el recién llegado 124 Spider, simbolizan la pura esencia del disfrute por la conducción ‘a cielo abierto’: un ‘roadster’ ( biplaza descapotable) de propulsión trasera, con diferencial autoblocante… como ‘toda la vida’ .
Una ‘vida’, que la renovada «Fiat Chrysler Automobiles» marca con la aparición de modelos que —en ambos casos— hacen gala de unas ‘maneras’ tan diferentes como sugestivas.
Inspirado —cuando no ‘derivado’— en el Mazda MX-5 (el más vendido en su categoría durante 30 años), el 124 Spider se convierte en una suerte de ‘renacimiento’ de aquel otro Fiat 124 Spider presentado en sociedad en el Palazzo delle Esposizione (Salón de Turín, 1966) y firmado por Pininfarina: frontal compacto y plano, aligerado por el hueco que alojaba los dos faros delanteros… ligeramente retraídos; parachoques envolventes (novedad en la época); estilo y atractivas proporciones, ‘lo más’ en su momento. Un ‘momento’ que, tras el endurecimiento de la política monetaria del bienio 64-65, se relajaba en 1966 con el 8% de aumento en la producción automovilística transalpina.
Aún más, desde el comienzo de la década, se gastaron más de 650.000 millones de liras para renovar y desarrollar unas fábricas capaces de satisfacer la creciente demanda. Ese era el escenario entonces…
Ahora, en ‘época SUV’ de motorizaciones diésel y tricilíndricas de gasolina, el 124 Spider resulta ser un ‘soplo de aire fresco’ (nunca mejor dicho… por lo de ‘cielo abierto’ ) en los catálogos europeos: ligero, potente y con ‘sensaciones’ tan deportivas como su conductor desee.
La historia continúa… en ‘esos’ cánones de la ‘belleza clásica’.
