Camino a la electrificación…
Desde finales de los años 80 —del paso siglo… se entiende— Audi ha venido desarrollando vehículos de propulsión híbrida o totalmente eléctricos. El Audi Duo, basado en el A4 Avant, fue el primer coche de producción en combinar un motor de combustión con uno eléctrico; aunque la clave del desarrollo tecnológico de los coches eléctricos fue el R8 e-tron, desvelado en 2009 (Salón de Francfort), que tres años después marcaría récord de vuelta en el anillo norte del circuito de Nürburgring.
En 2014 Audi añadiría el primer híbrido enchufable a sus catálogos: el A3 e-tron de 204 CV, con una batería capaz de recargarse mediante el sistema de recuperación de energía o en una toma de corriente, y cuya autonomía «eléctrica» se cifra en 50 kilómetros.
En 2016 debutó el Q7 e-tron, propulsado por un sistema híbrido (3.0 TDI y motor eléctrico) con 373 CV y 70,6 metros/kilo de par; acelera de cero a cien en 6,2 segundos y tiene 56 kilómetros de autonomía en modo exclusivamente eléctrico. También es el primer híbrido enchufable del mundo en equipar motor de combustión V6 y tracción total Quattro.
Un año antes (2015), Audi presentaría (Salón de Francfort) el e-tron Quattro Concept, precursor del primer modelo de producción con propulsión totalmente eléctrica de la marca: SUV de diseño deportivo, 500 kilómetros de autonomía y 4,6 segundos en el ‘sprint’ de cero a cien.