Seat Ibiza. Bondades contrastadas…

Quinta entrega… Toda una ‘declaración de intenciones’… lo de Seat con el Ibiza, uno de los pilares comerciales del fabricante que, ahora, renueva las ‘intenciones’, con una quinta entrega cuajada de novedades: renovada estética (que lo acerca a su hermano mayor, el León), nueva plataforma más rígida y ligera (MQB AO, el primer modelo del Grupo VW que la utiliza) y un completo equipamiento en conectividad y seguridad.

Cambios exteriores e interiores que la Sociedad Española de Automóviles de Turismo ‘trufa’ en un Ibiza totalmente nuevo y, por ende, mucho más evolucionado que su inmediato antecesor que, no por ello, deja de ‘reconocerse’ con un… puro Ibiza. Que, ya se ha dicho, ‘adopta’ muchas (casi todas) de las señas identitarias del León lo que, por otra parte, no le supone desdoro alguno a nuestro protagonista: parrilla frontal ‘nido de abeja’ , generosas tomas de refrigeración, grupos ópticos, nervaduras laterales de la carrocería…

En el interior, el cuadro de instrumentos también hereda ‘pinceladas’ del León, a la vez que las terminaciones —y aplicaciones— de última generación (generosa pantalla táctil de 8 pulgadas, tan intuitiva como fácil de utilizar, excelente ergonomía y sujeción de los asientos…) evidencian la modernidad conceptual de nuestro protagonista.

Eso, y que, en contrapartida a las casi invariables cotas exteriores, el fabricante ha optimizado la habitabilidad interior: el nuevo Ibiza gana 5 centímetros en anchura interior delantera y en otros 6 centímetros ‘a mayores’ para las piernas de los ocupantes de las plazas posteriores. Por no hablar de una también holgada altura al techo.

Una sensación de calidad que se percibe —¡y cómo!— en el tacto de conducción (embrague/cambio, frenos, dirección…) y, eso también, con la posibilidad de poder elegir entre varios modos de conducción (una sencilla tecla junto a la palanca de cambios) entre los que destaca, como cabe suponer, la posición «Sport».

Partiendo de la base de que un motor tricilíndrico (nuestra unidad de pruebas) tiene unas ‘sensaciones’ distintas a las de un tetracilíndrico, el 1.0 EcoTSI que nos ocupa (turbo de inyección directa) es tan refinado como aceptablemente ‘musicalizado’ (permítaseme la ‘acepción’ ) mientras sus 115 CV, unidos a la caja manual de 6 marchas, permiten ‘mover’ con autoridad los 1.140 kilos de romana’ .

Consecuencia: 9,3 segundos en aceleración de cero a cien (muy buen ‘sprint ’ para un motor pequeño), 195 por hora de punta y 4,7 homologados litros de consumo medio por cada centenar de kilómetros.

En definitiva, un tricilíndrico tan eficaz y con tan buen tacto, que permite olvidarse —al conductor— de su condición de tal… de ‘tri’ , y que también permite —valga la redundancia— acostumbrarse rápidamente a las ‘particularidades’ de este tipo de arquitectura motorística.

Y otra cosa, tampoco tan fácil de conseguir… en ocasiones: un sistema Stop/Start que se muestra tan correcto como efectivo y, desde luego, junto con el modo «Eco», uno de los grandes aliados para obtener consumos ciertamente ajustados.

Eso, por no hablar de un generoso equipamiento en seguridad y ayudas a la conducción: asistente automático de frenada en ciudad con reconocimiento de peatones, suspensión deportiva, encendido automático de luces de cruce, luces diurnas y pilotos traseros de led , antinieblas con función ‘esquina’ , detector de fatiga, climatizador automático bizona, volante multifunción FR…

Así que, junto con los aprovechados —y aprovechables— 355 litros de capacidad en un maletero con formas muy cuadradas, un remarcable comportamiento rutero fruto, eso también, de un efectivo bastidor, el nuevo Ibiza tiene muchas cartas en su mano para convertirse en el ‘superventas’ que ha venido siendo en la cuenta de resultados de Seat. Una apuesta… a caballo ganador.