Skoda 1100 OHC. Sorpresa...
Hito deportivo en los 116 años de la marca. Chasis de tubo ligero, 200 por hora de velocidad máxima y 85 CV… hace 60 años. Una de las dos unidades ‘supervivientes’ del deportivo descapotable, es una de las joyas del Museo Skoda en Mladá Boleslav.
Hace 60 años… Skoda construía el primer ejemplar del 1100 OHC, un preciosista biplaza de carreras —«968» en clave de fábrica—, que aportaba interesantes innovaciones técnicas.
El fabricante checo —hoy en el Grupo VW— produjo inicialmente dos unidades descapotables para carreras de larga distancia y, en 1959, dos coupé basados en ellas.
Tres años antes, en la primavera de 1956, Skoda comenzaría a desarrollar el biplaza propulsado por un motor de cuatro cilindros, situado en posición delantera, con dos árboles de levas en cabeza, que cubicaba 1089 centímetros cúbicos y rendía 92 CV a 7.700 vueltas (8.500 de régimen máximo). Si, para la época, los 85 CV se consideraban como la meta abatir, la docena más de caballos significaba romper barreras… propulsadas por carburante de aviación de alto octanaje.
Carrocería de plástico reforzado con fibra de vidrio, muy ligera y compacta (3,88 metros de largo; 1,43 de ancho; 0,96 de alto y 2,20 metros entre ejes) un coche de carreras singularmente plano y alargado, y con una contenida ‘romana’ : 550 kilos, que le permitían al 1100 OHC un también recortado ‘sprint’ de cero a cien y una punta rayana en los 200 por hora.
Muy aerodinámico para su época, el 1100 OHC montaba inicialmente faros retráctiles, muy pronto sustituidos por una solución mucho más práctica: faros fijos con carcasas aerodinámicas de Plexiglas .
A diferencia de modelos anteriores —Sport y Supersport—, basados en el robusto chasis del modelo de producción Skoda 1101, el 110 OHC se configuró como un prototipo: chasis de tubo enrejado, realizado a partir de tubos de poco espesor, lo que daba como resultado un coche con excelentes características de conducción y con una —casi— perfecta distribución del peso: 49,7 / 50,3% a favor del eje trasero (con un conductor de 75 kilos).
El embrague, la caja de cambios de 5 velocidades y la de transferencia, situadas en la zaga, conformando una sola unidad de ensamblaje.
En la parte delantera, las ruedas montadas en un eje de doble brazo trapezoidal, y un eje oscilante con brazos de remolque en la trasera.
Las llantas de radios de 15 pulgadas y, sobre todo, la suspensión de barra de torsión era, a finales de de los años 50, una tecnología vanguardista.
El 1100 OHC debutó —victoria incluida— ‘en casa’: circuito municipal de Mladá Boleslav (junio de 1958), con el veterano probador de fábrica Moroslav Fousek al volante.
Éxitos locales, que el 1100 OHC ‘salpimentaba’ con diversas victorias «internacionales»… teniendo en cuenta la situación política de finales de los 50 y principios de los 60 (‘Telón de Acero’ … ya saben)que se vivía en la zona, de forma que los coches de carreras de Mladá Boleslav sólo podían competir en países de la órbita socialista.
Además de las dos versiones descapotables, con carrocería GRP, construidos a finales de 1957, Skoda también produjo otros dos 1100 OHC coupé (1959) con carrocería de aluminio cerrada; versiones en las que los ingenieros de la marca lograron un peso total de solamente 618 kilos, sin necesidad de sacrificar el excelente rendimiento rutero de los descapotables.
Los dos coupé sufrieron graves daños en accidentes sobrevenidos en carreteras públicas. Actualmente, los restauradores del Museo Skoda, trabajan intensamente para renovar el 1100 OHC Coupé, partiendo del chasis y la transmisión de una de aquellas dos unidades.
Para los amantes de las curiosidades… el importador Skoda en el Reino Unido, es hoy del ‘agraciado’ propietario de uno de los 1100 OHC, que lo utiliza regularmente en concentraciones de coches de época a las que tan aficionados son los británicos. El otro coche de carreras se encuentra habitualmente en el Museo de Skoda salvo, lógicamente, cuando participa en algún evento clásico-deportivo.