BMW i3 S. Banco de pruebas…
Más tracción y estabilidad en condiciones adversas de adherencia. El nuevo sistema, estrenado en el i3 S, tomará carta de naturaleza en los catálogos de la Bayerische y de Mini.
50 veces más rápida… la respuesta. Considerado como referente en el placer de conducir la propulsión exclusivamente eléctrica, el urbanita i3 recibe ahora el apellido «S» en una versión (41.850 euros) más deportiva que, sin llegar a convertirse en un cambio radical, sí que ofrece mejoras dinámicas por, entre otras cosas, la adopción de un innovador sistema de control de tracción específicamente adaptado a la entrega de potencia instantánea inherente al ‘electrificado’ eDrive que firma BMW.
Consecuencia: mejora de tracción y estabilidad en condiciones climatológicas —y del asfalto— adversas al arrancar o al acelerar a la salida de curvas cerradas.
La piedra angular del sistema hay que buscarla en una respuesta 50 veces más rápida del sistema de control con respecto a un sistema de control convencional, merced a que el proceso de control se calcula directamente en el sistema de propulsión, en lugar de hacerlo —como hasta ahora— en una unidad remota que requiere, lógicamente, un largo recorrido de las señales.
El fabricante ha realizado el i3S sobre las versiones de 94 Ah, aumentado la potencia y adoptando detalles específicos: 184 CV y 27,5 metros/kilo de par, lo que se traduce en 6,9 segundos para acelerar de cero a cien y en 160 por hora de punta (150 el i3 ‘a secas’ ). Homologa en torno a 280 kilómetros de autonomía eléctrica —‘cero emisiones’ —.
Monta llantas de 20 pulgadas y neumáticos 22 milímetros más anchos lo que, en el capítulo estético/práctico, ha supuesto la inclusión de unos ensanchados pasos de rueda, que también acaban por ampliar la anchura del i3S (la vía trasera aumenta en 40 milímetros).
Los nuevos faros e intermitentes —ambos de led — y los pasos de rueda pueden solicitarse pintados en color distinto al de la carrocería.
Paralelamente, se reduce en una decena de milímetros la altura libre al suelo, se endurecen los tarados de suspensión y la barra estabilizadora. Y también se añade el modo «Sport», que endurece la dirección, cambia la respuesta del acelerador y también el ‘mapa’ de tracción y estabilidad.
Apuntar, finalmente, que BMW tiene previsto implantar paulatinamente este nuevo sistema de control de tracción en todas sus gamas, no exclusivamente en los modelos eléctricos, habida cuenta que —según fuentes de la marca— el sistema también es capaz de optimizar la motricidad, estabilidad y comportamiento dinámico de los modelos equipados con motor de combustión, de forma que acabará incorporándolo en los BMW y Mini de tracción delantera, propulsión trasera y total a las cuatro ruedas.