Peugeot Rifter. Cambia todo… hasta el nombre
Después del Partner… el Rifter —proyecto conjunto con Citroën y Opel— que, por novedoso, ha ‘obligado’ a Peugeot a cambiarle hasta el nombre.
Llegará en septiembre, con dos tamaños de carrocería: 4,40 y 4,75 metros de largo, con lo que podrá elegirse entre 5 y 7 plazas.
El ‘sello’ de Peugeot está también muy presente en un interior que adopta, como los turismos y SUV del fabricante, el puesto de conducción iCockpit con, como se sabe un volante de reducidas dimensiones y un cuadro de instrumentos justa ‘a la vista del conductor sin interferencias visuales sobre la carretera.
También el aspecto exterior resulta perfectamente reconocible y, desde luego, estéticamente diferente al de sus ‘primos-hermanos’ Berlingo (Citroën) y Combo Life (Opel), sobre todo en la versión GT Line, en la que la tonalidad ‘Negro Onyx’ se extiende al contorno de la parrilla frontal, las carcasas de los retrovisores y las barras de techo; las llantas de aleación son de 17 pulgadas y hace gala de un interior fuertemente personalizado.
El nuevo Rifter se ‘asienta’ sobre la ya conocida —y celebrada— plataforma EMP2, lo que permite elegir entre diversas mecánicas de gasolina y diésel, cuyas potencias oscilan entre 75 y 130 CV, ‘solidarias’ con cajas de cambio manuales y pilotada EAT8.
El freno de mano es de accionamiento eléctrico y la luneta posterior se abre independientemente de la totalidad del portón, lo que —como fácilmente puede suponerse— ofrece mayores posibilidades prácticas.
Quien pretenda ‘aventurarse’ en terrenos de baja adherencia, dispone del sistema «Advanced Grip Control», que se une a los neumáticos M+S y al control de descenso en pendiente HADC.