Mercedes G. El mito… se reinventa
Potencia, modernos sistemas de seguridad y nuevo tren de rodaje. Mercedes sigue confiando en su icónico todoterreno G. El modelo eleva su nivel de exigencias, tanto dentro como fuera del asfalto. Llega este próximo mes, con una tarifa a partir de 127.450 euros.
En plena forma… Nuevos ‘atributos’, como los faros led, los sistemas de asistencia a la conducción, un interior de alta calidad con asientos tapizados en cuero y el nuevo tren de rodaje, además de los modos de conducción «Dynamic Select», el «G-Mode» y los tres bloqueos del diferencial, sitúan al nuevo G en la posición de privilegio —también ‘económica’ — que ha venido teniendo desde su inicial lanzamiento en 1979, con un ‘sello’ estético que tampoco ha cambiado tanto… ni falta que le hace; posiblemente —seguro— son esas ‘cuadradotas’ formas las que han cautivado tanto a lo largo de varias décadas. Lo que tampoco ‘quita’ para que se hayan modernizado algunos de los emblemáticos elementos de su particular diseño: la nueva Clase G incorpora un llamativo asidero de la puerta, produciendo ‘su’ característico sonido al cerrarla. Incluso se mantienen los robustos listones protectores exteriores, la rueda de repuesto ‘a la vista’ en la puerta trasera y hasta los llamativos intermitentes. Detalles que, combinados con su angulosa silueta, siguen confiriendo un distintivo aspecto al todoterreno G.
El capó superpuesto y las bisagras exteriores de las puertas, continúan manteniendo el arquetípico carácter de un modelo que ha mantenido ‘casi’ intacta su ‘fisonomía’ a lo largo de tres decenios abriendo, eso también, una nueva era estético-tecnológica: superficies más tersas y mejor acabado de los materiales, a la vez que los pasos de rueda y los parachoques están mejor integrados en la carrocería, sin dar la impresión de ‘pegotes’. El nuevo G es 53 milímetros más largo y 64 milímetros más ancho, lo que acaba por acentuar su presencia sobre el asfalto o fuera de las vías compactadas.
A diferencia de un exterior que permanece fiel a los rasgos clásicos del modelo original, el interior ofrece ahora una concepción totalmente renovada: materiales de primera calidad y ‘guiños’ como los difusores de ventilación laterales que reproducen los faros redondos, altavoces con rasgos de los emblemáticos intermitentes, sin olvidar el amplio asidero justo delante de la plaza del copiloto ni los interruptores cromados para los tres bloqueos del diferencial.
El actualizado tablero de instrumentos, incluye de serie tres relojes y tubos analógicos de diseño intemporal, además de los ‘históricos’ relojes redondos. Y, al igual que en los nuevos Clase E y Clase S, puede elegirse opcionalmente un visualizador de gran formato, con instrumentos virtuales justo en el campo de visión de conductor, además de un visualizador encima de la consola central, ambos de 12,3 pulgadas y protegidos detrás de una cubierta de cristal, que acaban por generar un puesto de conducción ‘widescreen’ . El conductor puede elegir entre tres modos de ‘visión’ : «Clásico», «Deportivo» y «Progresivo», seleccionando las informaciones que considere más relevantes para sus hábitos de conducción.
El aumento de dimensiones trae aparejado más espacio interior, con los asientos posteriores con posibilidad de abatirse por partes —100 / 60 / 40—, con un volumen máximo de maletero que alcanza los 1.941 litros.
En el capítulo mecánico, la versión G 500 equipa un V8 —gasolina biturbo— de 422 CV que entrega 61,6 metros/kilo de par y homologa entre 11,5 y 12,1 litros de consumo medio, unido al cambio automático —convertidor de par— 9G-Tronic que, gracias a un software específico firmado por AMG agiliza la respuesta y acorta la duración de los cambios de relación en esta caja de 9 marchas, que hace gala de una conducción más confortable a bajo régimen. También el nuevo G equipa de serie una dirección con asistencia electromecánica que, en función del programa de conducción elegido se activa una de las tres curvas características de la dirección «Comfort», «Sport» u «Offroad».
Por lo demás, tras el desarrollo de un prototipo digital, para simular la vida útil de los componentes del vehículo, los ingenieros han aplicado una ‘dieta’ de adelgazamiento que ha dado como resultado una reducción de 170 kilos con respecto al antecesor.
En suma, que el todoterreno que ‘nació’ en 1979 con —ya entonces— el marchamo de ser un coche ‘distinto’ , ha acabado por convertirse en todo un referente entre los 4x4 altos de gama, arquetipo en los catálogos de la Estrella Plateada , ganador del París-Dakar y que ha servido como medio de transporte incluso al Papa y —eso también— considerado un icono del diseño automovilístico en infinidad de encuestas. El pasado año, el Clase G contabilizó 300.000 unidades producidas y se presentó el Mercedes-Maybach G 650 Landaulet, en edición limitada de 99 unidades.