Hyundai i20. Nueva cara…
Motores de gasolina para uno de los puntales del fabricante. Hyundai pone al día su segundo modelo más vendido. Cambios de diseño y mayor equipamiento. Carrocería de cinco puertas con tarifas entre 16.515 y 22.285 euros. El familiar Active costará 18.215 euros y 19.185 la arquitectura coupé de tres puertas.
‘Resistencia’ SUV… Así ‘desafía’ el renovado i20 sus expectativas comerciales además, eso también, de una acusada personalización (hasta 17 combinaciones) merced a la posibilidad de elegir entre una decena de colores de carrocería y la opción del techo bicolor. Incluso tres colores de tapicería y paneles del salpicadero.
Con estos mimbres, nuestro protagonista —baluarte en los catálogos del fabricante coreano— «deberá» seguir conservando su privilegiada posición comercial justo por detrás de Tucson.
Polivalente ‘puro’ (4,03 metros de largo) el i20 hace hincapié en un nuevo frontal con parrilla «en cascada» , convertida ya en firma de la casa de Hyundai, a la vez que también son nuevos los faros y el portón trasero —en el que incluye la placa de matrícula—; estrena llantas de aleación de 15 y 16 pulgadas y, por primera vez, un sobredimensionado techo solar.
El interior se mantiene prácticamente intacto, salvo por el rediseñado salpicadero en el que se ubica ahora una pantalla táctil (7 pulgadas) que permite acceder al sistema de navegación (Appel Car-Play o Android Auto).
La dotación de seguridad incluye de serie el «Hyundai SmartSenseactive» , con elementos como el avisador de cambio de carril, sistema para evitar colisiones frontales, detector de atención del conductor y el sistema automático de luces.
Desechados los gasóleos, el abanico motorístico del actualizado i20, lo despliega Hyundai en tres posibilidades de gasolina: el tricilíndrico de 1.0 litros, con potencias de 100 y 120 CV, y el tetracilíndrico de 1.2 litros y 75 CV que se configura como escalón de acceso a la gama.
Eso sí, el polivalente i20 tampoco se priva de una perla tecnológica: el cambio automático de 7 marchas y doble embrague (modos «Normal» y «Sport») disponible en las dos versiones tricilíndricas, que sorprenden por su suavidad y facilidad de funcionamiento (lejos quedan ‘aquellos’ tricilíndricos ‘golpeteros’ ), solamente una ligerísima vibración al ralentí ‘podría’ manifestar su arquitectura motorística.
También los frenos, la dirección y el comportamiento de las suspensiones están perfectamente a la altura de lo esperado —se diría imprescindible — en un coche moderno.
Eso y, como viene siendo ‘norma de la casa’ en Hyundai, unas tarifas de lo más ajustadas.
En suma, que el i20 continúa manteniendo su condición de polivalente práctico y fácil de utilizar en ciudad y carretera.