EQ Silver Arrow. Mercedes ‘se’ rinde tributo
Un sugestivo anticipo de futuro . El monoplaza EQ Silver Arrow no es sólo un prototipo futurista, también un homenaje al célebre W125 de 1937, uno de aquellos ‘Flecha de Plata’ que convirtieron a la Estrella Plateada en abanderado de la alta velocidad.
Plateado… Alubeam . Tonalidad que recuerda a los históricos ‘Flecha de Plata’ , a los que tuvieron que ‘despintar’ de su color blanco —oficial de Alemania en las carreras— para cumplir con las reglas de peso.
Un interior presidido por materiales tradicionales de alta calidad (cuero, aluminio cepillado, madera de raíz de nogal…) mientras, el puesto de conducción digital, nos traslada al futuro: pantalla curva panorámica, con técnica de retroproyección, y una pantalla táctil integrada en el volante.
Claridad sensual, líneas nítidas y fluidas, en 5,30 metros de largo y uno de ancho, que convierten al EQ Silver Arrow en un monoplaza extremadamente esbelto; su pintura multicapa en azul Alubem reviste la carrocería de fibra de carbono como si fuera un metal líquido. La cabina del conductor, que puede abrirse hacia delante, y las llantas de aluminio multirradios (168 en cada unidad) parcialmente descubiertas, personalizan un diseño extremadamente deportivo: difusor trasero y dos spoilers extensibles asumen la función de freno aerodinámico, como en los años 50 aquellos biplaza Flecha de Plata .
Concebido como vehículo eléctrico, el EQ Silver Arrow rinde 750 CV, con una batería plana ubicada en los bajos del coche (400 kilómetros de autonomía).
¿Y su arquetipo? El Mercedes-Benz W125 de 1937, basado en el monoplaza de F 1 del momento.
Aquella revolucionaria carrocería, incorporaba elementos de la industria aeronáutica que, por recomendación de Ernest Heinkel y Willy Messerschmitt, adoptaba un corto voladizo delantero que acababa por configurar un frontal muy redondeado. Incluso se prologó el frontal hacia abajo y se eligió un ángulo más erguido en la punta, de forma que se contrarrestaban las fuerzas ascensionales sobre el eje delantero. La zaga, más alargada y erguida, reducía también las fuerzas ascendentes del eje posterior.
Uno de los rasgos más significativos de aquel bólido de récord, que ha servido de inspiración a los diseñadores del EQ Silver Arrow, era la cúpula acristala del puesto de conducción, que imitaba a una gota de agua.
Rudolf Caracciola, uno de los más célebres pilotos de Mercedes en la época, marcó 432,7 por hora en la autopista A5, entre Francfort y Darmstadt, velocidad calculada como promedio de ida y vuelta. Un récord de velocidad en vías públicas que se mantuvo vigente hasta noviembre de 2017.