Diario de León

Ferrari Monza SP 1 / SP 2. Culto… ‘barchetta’

Inspirados en la historia de la ‘Scuderia’ . Una o dos plazas. Estreno del exclusivista ‘Progetto Icona’, firmado por el Centro Stile Ferrari, ‘apellido’ reservado por ‘Il Cavallino’ a sus nuevas series especiales… en serie “limitadísima”.

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Monoplaza… y biplaza. Inspirados en las ‘barchette’ de los años 50, los nuevos conceptos Monza SP 1 y SP 2 rinden culto a los campeonatos internacionales de pilotos firmados por Maranello… en la mágica época, los dorados años, de los ‘gentlemen driver’ , cuando los coches servían tanto para las carreras como para el uso ‘diario’ … o casi.

Ambas exclusivistas arquitecturas ‘visten’ la mecánica V12 de 6,45 litros y 810 CV, que entregan 73,4 metros/kilo de par y les permiten presumir de ‘sprintar’ de cero a cien en solamente 2,9 segundos y 7,9 de cero a 200 por hora, mientras cifran su punta en unos ‘estratosféricos’ 300 por hora.

Incluso comparten tamaño: 4,65 metros de largo; 1,99 de ancho y 1,15 metros de alto.

Para el estilo ‘barchetta’ , Ferrari recurre a una construcción en la que prima la fibra de carbono, con puntos de coincidencia como las ópticas frontales y traseras, equipo de rodaje, interiorismo y, por descontado, la ausencia de parabrisas y techo, que acentúan tanto las sensaciones de ambos coches, que ‘tal’ parece que estuviésemos ante un auténtico F1.

Las puertas abren hacia arriba, a la vez que los técnicos han realizado un exhaustivo trabajo aerodinámico, en el que destacan especialmente las cúpulas frontales para desviar el aire de la cara de conductor y, en el caso del SP 2, también del copiloto, habida cuenta que se trata —aquí— de la versión biplaza, por lo que se monta la mencionada doble pantalla frontal protectora y, consecuentemente, un segunda barra antivuelco.

La ligereza es una de las mejores bazas del monoplaza SP 1: 1.500 kilos de ‘romana’ total, lo que supone una veintena de kilos menos que su homólogo biplaza.

Hay que remontarse hasta los orígenes de la marca para encontrar el apellido ‘barchetta’ en los catálogos de Ferrari: 166 MM de 1948, presentado aquel año en el Salón de Turín, que acabó inscribiendo ‘su’ nombre —y el de su constructor— en el palmarés vencedor de las Mille Miglia y las 24 Horas de Le Mans del año siguiente: ‘caldo de cultivo’ para otras extraordinarias realizaciones Ferrari Sport: el 750 Monza y el 860 Monza, poderosamente inspiradas en el pionero 166.

Con el 860 Monza, el mismísimo Commendatore Enzo, decidía sustituir el motor tetracilíndrico por ‘su’ más querida arquitectura motorística: el V12, mecánica por excelencia en las más poderosas realizaciones firmadas por Marenello. Nacía el 290 MM —por Mille Miglia —, un coche que se ‘rifarían’ los mejores pilotos de la época —incluido el español Fon De Portago—; pero esa… es otra historia.

La que hoy nos ocupa es la del ‘risorgimento’ de una concepción automovilística —‘barchetta’ — que vuelve a situar a ‘Il Cavallino’ , si es que no lo estaba suficientemente, en la cúpula de la élite entre los coches… de ensueño. ¡Forza!

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