Diario de León

Mercedes G. Salto… a la fama

Cuatro décadas ‘rebotando’ por el mundo. Mercedes celebra el cuadragésimo aniversario de ‘su’ todoterreno de referencia… por excelencia. Cuarenta años después el «G» sigue en plena forma, en los catálogos del fabricante y en el corazón de los incondicionales.

Variedad de combinaciones y distancias —larga/corta— entre ejes: descapotable (2 puertas), familiar (3 y 5 puertas), furgoneta (3 puertas); también sólo con cabina y chasis para usos especiales, con posibilidad de carrozarlo para usos específi

Variedad de combinaciones y distancias —larga/corta— entre ejes: descapotable (2 puertas), familiar (3 y 5 puertas), furgoneta (3 puertas); también sólo con cabina y chasis para usos especiales, con posibilidad de carrozarlo para usos específi

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Intemporal… El «G» ha trascendido el tiempo… y sus ‘circunstancias’ . Presentado en febrero 1979 (Toulon, Francia), a sus creadores no les dolían prendas a la hora de piropear a ‘la criatura’ : «capacidad fuera de la carretera y en carretera» —¡ahí quedaba eso!—, «máxima variedad de uso» (por si había dudas…).

Con estos mimbres, nuestro protagonista, ‘cuarentón’ en plena forma, se ha labrado una icónica fama en el mundillo de los todoterrenos; una historia que ‘arrancó’ en el verano de 1969, con ‘unas’ conversaciones: Daimler-Benz AG y Austria Steyr-Saimler-Puch AG… se sentaban para hablar de una ‘posible’ cooperación.

Ambos fabricantes ya ofrecían modelos con excelentes capacidades ‘off-road’ : Mercedes Unimog, Puch Haflinger y Puch Pinzgauer; así que, en 1971, ‘cuajaba’ la idea de fabricar conjuntamente un vehículo que combinase unas extremas capacidades fuera y dentro del asfalto.

En el otoño de ese mismo año… se firmaba el acuerdo; en abril del año 73 se conocía el primer modelo en madera y escasamente un año después ya rodaba el prototipo ‘de verdad’ .

Las imágenes con su descripción técnica, publicadas internamente en 1975, reflejaban la rapidez de un proyecto que se asemejaba —muy mucho— a lo que hoy conocemos como Clase G: un icónico diseño cuyo inconfundible perfil ‘dibujase’ «Mercedes-Benz Design», capitaneado por otro ‘icónico’ personaje, Bruno Sacco, cuyos estilistas a sus órdenes cavaron por combinar —magistralmente— las pulidas superficies de la generosa carrocería con unas definidas características dinámicas: amplios ángulos de ataque y salida, una relativamente alta altura libre al suelo y un ancho total decididamente pequeño… nacía el mito.

Desde el principio, el Clase G tuvo ‘su casa’ en la planta de Puch en Graz-Thondorf donde, desde mayo del pasado 2018, también se ensambla el 463 G. Presentado inicialmente como 460, en febrero de 1979 comenzaba la producción en serie: interior sencillo, especial atención al sistema de propulsión: tracción total, con diferencial cien por cien bloqueable, y diferenciales delantero y trasero opcionalmente bloqueables que, desde 1985, se convirtieron en equipo de serie y acabaron por propiciar un óptimo comportamiento fuera del asfalto. Incluso el diseño del chasis y los ejes rígidos con muelles y amortiguadores, primaban la versatilidad y robustez del conjunto.

En el momento de su lanzamiento, Mercedes ofrecía los diésel 240 GD y 300 GD, y los gasolina 230 G y 280 G, disponibles con dos batallas (2,40 y 2,85 metros), además de diferentes tipos de carrocería (abierta, Station Wagon cerrada y furgón con laterales cerrados) y también versiones militares.

En cuatro décadas, el «G» ha recibido diversas actualizaciones, la más significativa en el pasado ejercicio 2018 y, a partir de esta próxima primavera, la versión 350 d, con motor diésel de 6 cilindros en línea (11,2 litros de consumo medio), «deberá» convertirse en otro nuevo hito en la historia del modelo acompañando a las versiones de gasolina G 500 y a la ‘bomba’ G 63 AMG de 585 CV.

Así que, la historia continúa… ¡y cómo!

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