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Seat. «Surfeando»… en el desierto

El Tarraco ‘se prueba’ en el desierto marroquí de Erg Chebbi. Una veintena de kilómetros de largo y 5 de ancho. Montañas de arena. Cambios de terreno y temperaturas extremas. El reto del Seat Tarraco ‘sobre’ el desierto más grande del mundo.

Publicado por
javier fernández
León

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Oscilación… radical. En pocas horas, se pasa de bajo cero a 50 grados centígrados… ‘de día’ . El desierto es uno de los lugares del planeta con la oscilación más radical de temperatura.

Resulta imprescindible lograr que la temperatura del exterior no afecte al interior del coche… ni a sus ocupantes: la idónea se cifra en torno a 21,5 grados centígrados; de forma que, el climatizador de tres zonas, con control desde la segunda fila de asientos, propicia un control individual incluso en las condiciones más adveras.

Aunque… no todo es arena. Para llegar al ‘banco de pruebas’ de la duna, hay que sortear terrenos pedregosos y desniveles tan exigentes como para demandar una conducción precisa en cada momento. Con el control de chasis adaptativo, el Tarraco —nuevo SUV ‘grande’ de Seat— es capaz de ajustar automáticamente los tarados de la suspensión, modificando sus características dependiendo del firme y el estilo de conducción del usuario: «En cuestión de milisegundos (afirma Stefan Llijevic, responsable de Pre-desarrollo) el sistema reacciona, optimizando el comportamiento del coche, lo que facilita la travesía hasta la duna».

Impresionantes… las dunas. Pueden alcanzar hasta 150 metros, con lo que esta ‘escalda’ requiere adaptar —mucho— los sistemas de ayuda a la conducción.

Aunque parezca un contrasentido, antes de abordar la duna hay que desactivar el control de estabilidad, lo que evitará el bloqueo de las ruedas y, por ende, que éstas sigan ‘arañando’ tracción en el terreno.

60 litros (Tarraco)… 50 días (camello). Partiendo de la base que ‘encontrar’ una gasolinera en el desierto, no es reto pequeño… ni tarea fácil: el Tarraco ‘carga’ 60 litros en su depósito de combustible, aunque para aguantar los 50 días que es capaz de estar un camello sin beber… hace falta repostar, habida cuenta que ‘circular’ por las dunas exige mucha potencia y, en consecuencia, se genera mayor consumo.

Tecnología… led . Conforme avanza el día, el desierto cambia del color anaranjado a una tonalidad dorada, a la vez que las pronunciadas crestas generan sombras muy marcadas, con lo que las luces frontales ‘Full-Led’ que incorpora el Tarraco, acaban por convertirse en unas excelentes aliadas a la hora de proporcionar una iluminación más nítida. En la fase de desarrollo, los sistemas de iluminación llegan a pasar hasta diez días a temperaturas extremas: entre 40 grados bajo cero hasta 90 grados positivos.