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León

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Elegancia y altas prestaciones… para septiembre. Carrocería ensanchada y más ‘pegada’ al asfalto, con sobredimensionados paragolpes y generosas entradas de aire, llantas específicas (18 pulgadas de serie y 19 opcionales) y faldones laterales para la versión más drástica del T-Roc, cuya «R» ‘manifiesta’ 300 CV en el tetracilíndrico 2.0 TSI (inyección directa de gasolina y turboalimentado) que entrega 40,6 metros/kilo de par, unido a la tracción total 4Motion y al cambio automático secuencial DSG de 7 velocidades.

Consecuencia: 4,9 segundos en el ‘sprint’ de cero a cien y 250 por hora de punta.

La dirección progresiva se cuenta como equipamiento de serie y los modos de conducción incluyen el «Race», para una conducción especialmente deportiva, complementado con la función «launch control» (control de salida), que propicia una tracción óptima durante la aceleración. Como cabe suponer, el control electrónico de estabilidad (ESC) puede desconectarse completamente.