Diario de León

‘Eau Rouge’. Secretos… de una curva

¿A fondo? Difícil… la cuestión

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León

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JAVIER F. ZARDÓN

A fondo… Al salir de la horquilla de ‘La Source’, Laurens Vanthoor, piloto oficial de Porsche… pisa el acelerador: su 911 GT3 R —más de 500 CV— se ‘ve’, materialmente catapultado… en bajada, un pronunciado descenso.

Justo después de un rápido viraje a derechas, el piloto belga Laurens Vanthoor —oficial de Porsche— llega a la altura del ‘pit lane’ del antiguo circuito, separado por una pared blanca que refleja el sonido —musicalidad— del 6 cilindros ‘bóxer’… a tope de revoluciones.

Se perfila allí, en la distancia, la famosa ‘Eau Rouge’: la combinación de curvas conocida oficialmente como ‘Radillon’, debe ahora su célebre nombre a un pequeño arroyo; su agua, de alto contenido en hierro, se tiñe de rojo… ‘Eau Rouge’.

Para marcar el mejor tiempo en calificación, con neumáticos nuevos, pista seca y sólo los litros imprescindibles en el depósito, muchos pilotos pasan a fondo el sector; en carrera, ‘la cosa’ cambia, hay que mimar las gomas, para que aguanten muchas vueltas: durante 24 horas, se cubrirán más de 2.500 kilómetros; con el piloto y el combustible, el 911 GT3 R superará los 1.200 kilos, una ‘romana’ significativamente superior que en calificación. Las fuerzas laterales aumentan, como el comportamiento del coche. Además, en el tobogán de ‘Eau Rouge’ se limita mucho la visibilidad; durante un corto espacio de tiempo, los pilotos sólo ven el cielo… y las copas de los árboles: «Es una dura experiencia trazar ese sector por primera vez —apunta Vanthoor—, pero uno se acostumbra». A 240 por hora, los pilotos, y los componentes del coche, están sometidos a tensiones extremas; fuerzas laterales de hasta 3,0g comprimen los neumáticos y deforman los laterales de la carrocería.

Así que, la puesta apunto dinámica del ‘nueveonce’ GT3 R distribuye uniformemente las fuerzas sobre el chasis (para que, materialmente, no se rompa, como ha sucedido en algunos coches de carreras) con lo que la configuración cinemática es clave en ‘Eau Rouge’.

Y no solamente allí, en curvas rápidas —‘Pouhon’ o ‘Blanchimont’— es esencial una carrocería baja para un intenso y constante apoyo aerodinámico; mientras los sectores con cambios rápidos de dirección —‘Les Combes’ o la chicane ‘Parada del Autobús’—, requieren una suspensión dura para marcar buenos tiempos por vuelta… lo que se contradice con los ajustes perfectos para ‘Eau Rouge’.

Un gran desafío: «Quien mantiene aquí el acelerador a fondo… es un piloto valiente», sostiene Sebastián Golz, responsable del proyecto 911 GT3 R.

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