Daimler-Benz. Hace 70 años… compró Unimog
J. F. Z.
Historias… paralelas. Stuttgart y Göppingen se ‘encontraron’ a finales de octubre de 1950… con Unimog como telón de fondo que, hasta entonces, producía sus modelos en la fábrica de maquinaria que ‘Boehringer Bros.’ mantenía en Göppingen; a partir de ‘ese’ octubre, Unimos y Daimler-Benz unían fuerzas… ¡y cómo!
En el verano de 1950, el entonces —y ahora— revolucionario Unimog se presentaba en sociedad en la ‘Deutschen Landwirtschaftsgesellschaft’ (la feria de Francfort… por entendernos).
Tal fue el éxito del producto, que los responsables de ‘Boehringer’ vieron que solamente podría satisfacer la demanda con una inversión de gran calibre.
Por no hablar de que las entregas motorísticas de Daimler-Benz tampoco estaban totalmente garantizadas, habida cuenta su capacidad productiva durante el auge económico de la posguerra.
Así que, si los motores iban a instalarse en ‘cualquier’ vehículo, era preferible que Daimler ‘aterrizase’… en Unimog.
Dicho y hecho. El ya entonces celebrado motor diésel ‘OM 636’, especialmente desarrollado par el 170 D de Mercedes, y anteriormente suministrado para los Unimog 70200, tomaba carta de naturaleza en el ‘trabajador’ todoterreno, limitando sus 38 CV a 25 CV en el caso de Unimog.
Aquella mecánica tuvo el honor del ser el primer gasóleo para turismos producidos después de la II Guerra Mundial, instalándose de serie entre 1949 y 1963… también en los Unimog.
A la mesa de negociaciones se sentaron hasta el mismísimo ‘padre’ de Unimog, Albert Friedrich, también los hermanos Rolf y Werner Boehringer y altos cargos de la Daimler-Benz, para acabar plasmando un acuerdo, firmado el 27 de octubre de 1950, para hacerse cargo, con todos los derechos y obligaciones, dentro del grupo automotriz con sede en Stuttgart, a la vez que se ‘tejía’ una red mundial de ventas.
Consecuencia: 380.000 unidades de Unimog vendidas hasta la fecha, que vienen a subrayar la posición única en el negocio internacional de vehículos comerciales.