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‘El Hullero’ de Rüsselsheim… cumple cien años

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León

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Si el Ferrocarril de La Robla (León-Bilbao) puede presumir —lo ha hecho— de ser la línea de vía estrecha más larga de Europa Occidental, otro tanto puede hacer —presumir— ‘de centenario’ el ferrocarril de Opel, por mucho que —como ‘El Hullero’— las vetustas locomotoras de vapor y color negro oxidado, que comenzasen a funcionar allí en 1920, haga ya tiempo que dejasen de ‘vaporizar’…

Adam Opel, fundador de la compañía, eligió en 1868 un enclave para su nueva fábrica cerca de la estación de Rüsselsheim; cincuenta años después, tras décadas de exitosa expansión productiva de máquinas de coser, bicicletas y coches, sus hijos pensaron en el beneficio que supondría contar con su propia red ferroviaria para la distribución de sus productos.

Así que, en 1918, Carl von Opel se puso en contacto con la ‘Königlich PreuBischen y GroBherzoglich Hessischen Eisenbahndirektion’ de Mainz (Dirección Real de Ferrocarriles Prusianos y del Gran Ducado de Hesse)… ahí queda ‘eso’.

Dos años más tarde, entraba en servicio la primera locomotora de maniobras de la compañía, una máquina de vapor tipo ‘Oberkassel’ 1914 proveniente de la fábrica ‘Hohenzollern’ de Dusseldorf (nuestro ‘Hullero’ debutó en agosto de 1894), que operaba con un ancho de vía ‘normal’ (1,43 metros) y que aún hoy continúa siendo como el ancho estandarizado europeo, como en África del Norte, América del Norte y China.

Con la entrada en funcionamiento de la estación de ferrocarril propia de Opel (1929), de 6 vías y 7.000 metros cuadrados de superficie de carga, la firma daba un importante paso en su logística: 3 vías equipadas con ‘traversers’ (plataformas especiales para cargar los coches en los trenes) capaces de gestionar —cargar— alrededor de 300 coche en un turno de 8 horas; mientras, para la carga general, se disponía de una grúa móvil suspendida capaz para 5 toneladas.

La era del vapor duró muy poco en Opel, dos flamantes locomotoras diésel se unieron a la flota en 1927: las Deutz PMZ 203 R ‘Motorenfabrik Oberursel’ bicilíndricas de dos tiempos (55 CV) y, un año después, una PMD 230 R (83 CV) seguida, en 1942, por una Deutz GA6M 420 R a gas y con un motor de 6 cilindros. La planta de Brandenburg, inaugurada en 1935, también contaba con su propio enlace ferroviario y una locomotora diésel Dutz.

En 1948 se jubilaron las ‘vaporetas’, un paso que la ‘Deutsche Bahn’ (DB) no daría hasta 1977, mientras que en la Alemania del Este (todo son… ‘ventajas’) habría que esperar hasta 1988.

Tras la II Guerra Mundial, Opel comenzaría a trabajar exclusivamente con máquinas nuevas, comenzando por una Gmeinder N 130 (1946) y siguiendo por cinco flamantes Deutz (entre 1952 y 1961), a la vez que otras locomotoras Orestein&Koppel se sumaron a la flota entre 1965 y 1966.

En 1973 red ferroviaria interna ya contaba con 23,5 kilómetros de longitud, incluidas 50 áreas de carga y 126 pasos y cruces.

Ahora, la filosofía ‘justo a tiempo’ demanda nuevos desafíos, y no menores retos, como los ajustados procesos productivos, ‘tan’ exigentes… para ‘El Hullero’ de Rüsselsheim.

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