Audi. Dos décadas… en el museo

J. F.

Como parte de la renovada iniciativa museística, la enorme estructura conocida como «paternóster» albergará, a partir de ahora, la historia de los ‘Cuatro Aros’ en competición, mostrándola en el lugar donde previamente se alternaban modelos con una temática particular.

A excepción de los ‘Peces de Plata’ (Auto Unión), que permanecerán en su lugar tradicional —en el tercer piso del museo—, todo lo que ha convertido a Audi en una marca de marcado carácter deportivo desde los años 60, se presentará en las plataformas giratorias que acompañan a los visitantes a lo largo de los cuatro pisos de los que consta la instalación.

Así, los modelos de competición se mostrarán de una forma completamente nueva y mucho más atractiva, pasando de cinco a catorce los modelos expuestos, entre los que cuentan ‘joyas’ como el A4 ganador del DTM en 2007, el prototipo Le Mans R8 LMP de 2002, el A4 STW de 1996, un Audi Quattro Rallye Grupo 4 de 1980, el Sport Quattro Ralllye Grupo B de 1985, el NSU 1300 TT «Jägermeister» de 1975 o el DKW F11/64 de 1963.

Una reestructuración que también ha permitido rediseñar la anterior zona de exposición dedicada a las carreras, en el segundo piso, dotándola con modelos emblemáticos mucho más recientes: TT Coupé —icono estético—, además de los legendarios A2 y A8, testigo, este último, del regreso del fabricante al segmento de lujo. Como también ocurre con el RS 4 y el Cabrio —motor de 5 cilindros—, que representan la nueva deportividad de la marca, así como el Allroad Quattro de 2001, precursor del exitoso segmento SUV. Muestra que Audi ‘redondea’ con el Duo III, un experimento de movilidad eléctrica en los años 90.

Además, los aficionados a la tecnología podrán ver tres motores especiales en la historia de la compañía, entre los que cuenta una copia totalmente funcional de la primera innovación de August Horch, el motor de ‘funcionamiento suave’ de 1901, que permanecerá expuesta en la sección de preguerra del piso superior; incluso, en el segundo piso, un propulsor DKW bicilíndrico en línea de dos tiempos realizado en los años 50, más un motor rotativo NSU/Wankel de 1968.

Tras veinte años, también era necesario reemplazar algunos de los modelos expuestos por piezas de valor equivalente, habida cuenta que no es aconsejable dejar los vehículos históricos, ‘quietos’ en un stand, durante un largo periodo de tiempo; con lo que el Horch 303 de 1927, primer vehículo alemán de 8 cilindros, sale del museo, reemplazándolo por su espectacular sucesor: el Horch 305 de 1928, con carrocería Landaulett, uno de los últimos supervivientes de su categoría.

También se une a ‘la fiesta visual’ una de las dos unidades que se conservan del Audi Front Roadster de 1936, restaurada por ‘Audi Tradition’ hace algunos años.

También se exhibirán otros dos emocionantes coches de preguerra: Auto Union AG, antecesora de Audi, presentaba en la exposición de Berlín de 1939 el Horch 930 S, un espectacular estudio de diseño con carrocería aerodinámica. La exposición incluye otra ‘perla’: el prototipo DKW F9 de 1940. La II GM impediría la producción en serie de ambos modelos, que los visitantes del museo tendrá oportunidad de ver ahora.