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Audi Skysphere. El futuro… según los ‘Cuatro Aros’

Orgánicamente curvo. Típico diseño deportivo en el Skysphere: capó largo, voladizos cortos y generosos pasos de rueda. ad

Publicado por
León

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JAVIER FERNÁNDEZ

A cielo abierto… hacia el futuro. Para proporcionar a los ocupantes la máxima libertad, el Skysphere se ha diseñado en base a dos experiencias de conducción: gran turismo o deportivo radical, merced a la posibilidad de reducir, o alargar, las dimensiones del vehículo: 2 metros de ancho y 1,23 de alto, que permiten ‘convivir’ con las dos distancias de carrocería; eso, y las llantas de 23 pulgadas, calzadas con unos generosos neumáticos (285/30) y, eso también, la altura variable de la carrocería dependiendo el tipo de conducción que se prefiera.

Así que, con sólo pulsar un botón, el conductor puede elegir sus prioridades: e-roadster (4,94 metros de largo) en modo ‘Sport’ (batalla reducida, como la de un RS5 Coupé) o conducir un auténtico Gran Turismo (5,19 metros de largo, como un A8 L) en modo ‘GT’… a cielo abierto.

También el interior ofrece una contemporánea interpretación: digitalización sin precedentes, incluso al alcance de todos los pasajeros, con 1,415 metros de pantallas divididas en dos bloques, donde tampoco faltan unos pequeños paneles táctiles en las puertas.

Un motor eléctrico situado en el eje trasero se encarga de suministrar 632 CV (75,7 metros/kilo de par) a esas ruedas; el roadster, con apenas 1.800 kilos de ‘romana’, ‘sprinta’ de cero a cien en escasamente 4 segundos, ayudada —la aceleración— por un estudiado reparto de pesos: 60% sobre el propulsor eje trasero, a la vez que la mayoría de módulos de la batería situados detrás del habitáculo, inciden positivamente sobre el centro de gravedad y la dinámica del coche. Los demás módulos, se ubican entre los asientos —en túnel central—, lo que también favorece el dinamismo. Utilizando el programa ‘GT’, los 80 kWh de capacidad de la batería propician hasta 500 kilómetros de autonomía.

El prototipo Skysphere, monta suspensiones adaptativas de paralelogramo deformable en ambos trenes, con trapecios superiores forjados en fundición de aluminio. Para reducir la resistencia aerodinámica, la carrocería puede disminuir una decena de milímetros su distancia libre al suelo.

La dirección adopta un sistema por cable (‘by-wire’) que controla tanto el giro de las ruedas delanteras como de las traseras; sin conexión mecánica entre el volante y las ruedas, lo que permite al conductor seleccionar diversas configuraciones con solamente pulsar un botón: extremadamente directa —deportiva— o muy confortable, además de modificar la fuerza de auto centrado, desde un valor elevado a uno mínimo, lo que facilita las maniobras de estacionamiento. La dirección en el eje trasero, y la adaptativa distancia entre ejes, contribuyen también al reducido giro del coche.

La línea estética del Skysphere hace gala de unos generosos (generosísimos) pasos de rueda, acentuando las vías, mientras el capó largo (muy largo) y los voladizos cortos acaban por poner de manifiesto la filosofía deportiva del prototipo; mientras la zaga, especialmente desarrollada en el túnel de viento, combina elementos de un ‘speedster’ con los de un modernista ‘shooting brake’, dotado de una superficie acristalada que rinde escrupuloso culto al diseño tradicional.

Bajo el cristal, se alojan dos maletas, sujetas con correas tensadas en cruz y específicamente diseñadas para este ‘concept’.

En el frontal, aunque sin funciones de rejilla de ventilación para el radiador, sigue destacando la típica parrilla Singleframe —‘marca de la casa’—, además de los iluminados ‘Cuatro Aros’ tridimensionales. La totalidad de la parrilla, y las superficies laterales adyacentes, se han diseñado con elementos blancos de ‘led , que acaban por propiciar un singular efecto visual a la zona delantera.

También la zaga viene dominada por una superficie ‘led’ que, controlada digitalmente, se extiende a todo lo largo de esa parte del coche, mientras el resto de la superficie cuenta con infinidad de ‘led’ rojos, esparcidos a modo de rubíes que, cuando se encienden y apagan, sus reflejos crean efectos dinámicos de luces y sombras.

Al modificar la distancia entre ejes, de ‘GT’ a ‘Sport’, cambia también la firma lumínica, enviando una ‘nítida’ indicación del carácter —y filosofía dinámica— del Skysphere Concept, especialmente alrededor de la parrilla Singleframe.

También los ‘poderosos’ estribos laterales, que parecen sobresalir de los pasos de rueda zagueros, resaltan el efecto ‘necesario’ cuando se activa el sistema de modificación de la batalla: el estribo está unido a la parte delantera, deslizándose —al moverse— bajo la puerta fija hacia la parte trasera; así, esos 25 centímetros entre el largo A8 L y el compacto RS 5, influyen no sólo en la dinámica de conducción, también en el aspecto visual del coche.

En suma, dos personalidades para el Audi Skysphere: GT y deportivo de lujo por mucho que, eso también, el modelo no llegue ‘tal cual’ a la producción en serie… todo se andará.

De momento, algunas de sus aplicaciones tecnológicas (lenguaje lumínico, aerodinámica trasera) sí que lo darán… el salto a la producción en serie.