Diario de León

Cayenne Cabrio. Pudo ser…

Un exclusivo descapotable… que no pasó de prototipo

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León

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JAVIER F. ZARDÓN

Una idea… inconclusa. Porsche se planteó diferentes alternativas a la ‘clásica’ carrocería SUV, a las cinco puertas del Cayenne. A finales de 2002, el fabricante consideró tres posibilidades: un coupé, una tercera fila de asientos para una alargada versión —20 centímetros suplementarios-… y un descapotable.

Casi cinco metros de largo —4,8 exactamente—, que podría haberse convertido en la propuesta menos convencional del Cayenne; que, si bien no se descartó inmediatamente, tampoco llegó a mucho más: solamente una unidad —en fase de prototipo—, hoy escrupulosamente conservada en el Museo Porsche.

Tampoco se trata —ni se trató en su día— de un coche para circular por carretera, sino de una maqueta que puede utilizarse en instalaciones cerradas al tránsito normal, sin techo y prescindiendo de la rigidez de carrocería exigible en un descapotable homologable.

Incapaz de proporcionar una conducción segura, nunca llegaron a planificarse pruebas dinámicas, habida cuenta que esa unidad se realizó para evaluar ciertos criterios: ¿Resulta práctico un Cayenne de dos puertas, que son 20 centímetros más largas? ¿Es posible incorporar una capota de lona, elegante y de alta calidad, que pueda plegarse rápidamente? ¿Cómo debe diseñarse la parte trasera? Y, sobre todo, ¿se va cómodamente sentado en un vehículo de techo descendente, con el parabrisas y los pilares de techo más cortos? Incluso, ¿cómo debe diseñarse la zaga? En 2002, aún no había acuerdo sobre este extremo, llegando a contemplarse un par de soluciones: piloto posterior izquierdo en posición baja, y una segunda opción con el piloto elevado.

Si el coche hubiese llegado finalmente a la línea de montaje, se habría optado por un único diseño zaguero, y seguro que se habrían resuelto los problemas técnicos

Ya entonces, se concibió un mecanismo de techo blando, tan habitual ahora, como el que monta el actual 911 Targa: la tapa del maletero de aquel prototipo Cayenne se enganchaba en la parte delantera y trasera, lo que permitía su apertura en ambos sentidos; a la vez que la capota se plegaría en forma de «Z», solución equivalente a la del ‘nueveonce’ Targa de la generación 991. Un mecanismo que nunca pasaría de la fase de simulación por ordenador. Hoy, la capota de lona se guarda en el maletero de la pieza de museo… y debe colocarse manualmente.

Aunque se retomaría la idea en 2019, no acabó cuajando esta ‘curiosa’ alternativa descapotable: ni las previsiones de ventas eran halagüeñas ni tampoco Porsche tenía claro que la versión resultase tan atractiva.

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