IMÁGENES PARA UNA EXPOSICIÓN
Icónico imaginario. Caminando… los caminos
Pocas como la secular fotografía de una pareja de la Guardia Civil caminando sendas y veredas. Un siglo después de la creación del ‘Parque de Máquinas de Locomoción’, ahí siguen, sin perder un ápice del primigenio espíritu…
Capote… y tricornio. Insustituibles en el imaginario estético de los guardias, inherentes —ambas prendas— a su historia rural y caminera. Continúan —capote y tricornio— representado la esencia del Benemérito Instituto; como el frontal del incombustible todoterreno firmado por Santana… Land-Rover 88, verde en lontananza; ‘corto’, sólo en denominación; tan larga, su silueta, en años de servicio.
El impecable marco del Museo Diocesano y de Semana Santa —¡cuántas Beneméritas Escoltas en nuestras procesiones!— ha servido de singular escenario para que el otrora «Parque de Máquinas de Locomoción de la Guardia Civil» (1922, cien años ya), devenido desde hace décadas en «Servicio de Material Móvil», haya mostrado vehículos que, no por jubilados, sigan formando —bien firmes— en el imaginario de cuantos transitamos por las carreteras españolas: de ‘la cirila’ (2CV) al ‘cuatro latas’ (4 L); del Citroën Visa y las Montesa y Ossa de la Patrulla Rural Motorizada… al secular Land-Rover luciendo, orgulloso él, la ‘pegatina’ (haz de líctores mediante) de la Patrulla Rural… siempre rural en el ideario del Cuerpo creado en 1844 por el II Duque de Ahumada, Don Francisco Javier Girón y Ezpeleta: ‘El honor es mi divisa’… la principal del guardia civil; tal como reza en el artículo primero de la «Cartilla del Guardia Civil», escrita en 1845 por el propio Duque fundador.
En diversos paneles informativos, de cuidada grafía, también se mostraron representativos ancestros con origen en los años 20 y 30: los entonces tan rápidos como lujosos Hispano Suiza (usados como escolta de Alfonso XIII), el Fiat Topolino o el Hudson de American Motors; y hasta una bicicleta —en vivo y en directo— heredera de las que en 1902 conformasen la «Sección de Velocipedistas» y, entre 1914 y 1925, la «Sección Ciclista» que, dicho sea de paso y aunque no tan oficialmente, subsistiría hasta hace no tanto.
Para los amantes de las curiosidades. La llegada del Ford T (1928) a la nómina automovilística del Benemérito Instituto, supondría todo un hito… en las comunicaciones: una antena extensible y una emisora, convertían al Ford T en el primer coche radio-patrulla de la Guardia Civil; de ahí al radar para controlar la velocidad… no hay más que un paso, traducido en millones de kilómetros y un montón de horas ‘a pie de carretera’.
Cien años después, la herencia del pionero «Parque de Máquinas de Locomoción de la Guardia Civil»… continúa prestando servicio.
‘ Instituto gloria a ti… ’