Un mito… en la memoria
1990; 27 de julio; 16,00 horas, Mangualde (Portugal).
‘La dernière’ 2CV, un bicolor ‘Charlston’, abrocha la andadura de cuatro décadas de un diseño, tan versátil y original, que ha marcado impronta en la historia del automóvil: un coche sin pretensiones, simpático y económico, que conquistaría rápidamente a un público ávido de nuevas filosofías para el transporte individual.
La escasez de materias primas, llevaría a Citroën a una limitada oferta inicial, lo que generaría hasta 6 años de lista de espera; eso sí, el bajo precio de compra, como su escaso mantenimiento y el contenido consumo, se convertirían en sus mejores bazas.
También las series especiales, lanzadas a partir de 1976, contribuyeron poderosamente al éxito del 2CV: el Spot —la primera—, sobre la base del modelo Club en color Naranja Teneré. En 1981 llegaría el Charleston (alargó su éxito hasta 1990), un homenaje estilo retro a los «años locos», combinando el color amarillo con el negro o el Burdeos con el negro, incluso otro sofisticado en dos tonos grises; en 1983 se lanzó el France3 (Transat, en Italia); en 1985 el Dolly; en 1986 el Cocoricò; incluso una versión equipada con frigorífico, desarrollada en colaboración con una marca de agua mineral: el 2CV Spécial Perrier (1988).
En España, el ‘La Cirila’ tendría —también— un papel fundamental en el desarrollo de la industria automotriz: en 1958, el primer modelo que salió de las líneas de montaje de la factoría de Vigo fue un 2CV, en versión furgoneta.
Miles de apasionados coleccionistas, mantienen vivo… un estilo de vida.