Diario de León

Lexus RZ Direct4. Potencia… distribuida

En el nuevo Lexus RZ, el sistema Direct4 distribuye el par de tracción instantáneamente entre ambos ejes eléctricos. LX

En el nuevo Lexus RZ, el sistema Direct4 distribuye el par de tracción instantáneamente entre ambos ejes eléctricos. LX

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

J. F. Z.

Cuando Takashi Watanabe, ingeniero jefe de Lexus, vio en acción al animal más rápido del mundo, el guepardo, se quedó fascinado: en carrera, el gran felino es capaz de mover su cuerpo a toda velocidad, cambiando de dirección constantemente en la persecución de su presa y, a la vez, manteniendo estable la cabeza y una firme línea de visión.

Consecuencia: fuente de inspiración para los ingenieros nipones a la hora de idear nuevas formas de controlar la ‘postura’ de la carrocería del ZR que, merced al innovador sistema Direct4, pudieron incorporar al coche un control del cabeceo singularmente efectivo.

Así, la inclinación hacia atrás —en aceleración— y hacia delante —en frenada—, está ahora más limitada y, en consecuencia, los ocupantes gozan de un mayor confort a bordo; incluso el conductor tiene una línea de visión más estable.

Y no sólo, porque también el guepardo sirvió como fuente de inspiración para el diseño de la carrocería.

Además del mayor control de la ‘postura’ de la carrocería, y la drástica reducción de los movimientos bruscos del habitáculo, lo que se traduce en una mayor suavidad de marcha, el Direct4 influye beneficiosamente en la aceleración —más potente y suave—; además de propiciar una excelente tracción al acelerar, sobre todo en pavimentos deslizantes; también una mayor estabilidad en curva y en frenadas.

La distribución automática del par consigue una respuesta más precisa, lineal y natural a las acciones del conductor; atributos que refuerzan los rasgos esenciales del nuevo RZ: las ‘tres C’ que forman los pilares del «Lexus Driving Signature»: confianza, control y confort.

El Direct4 equilibra la fuerza de tracción entre ambos ejes, controlando independientemente cada uno: los sensores envían información a la unida de control eléctrico —ECU— del coche en relación a la velocidad, la fuerza ‘G’ longitudinal y al ángulo de la dirección. El sistema responderá entonces a todos estos parámetros, maximizando instantáneamente la tracción y el agarre: el sesgo de par delantero / trasero puede ajustarse de 0 a 100% —y viceversa—, o a cualquier valor intermedio, en apenas unos milisegundos, más rápido que con cualquier sistema mecánico.

En suma, el par se distribuye entre los ejes eléctricos delantero y trasero dependiendo de las condiciones de conducción.

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