Conservatorio Citroën. Memoria de la marca
A las afueras de París, Citroën conserva los más icónicos modelos que han venido conformando la trayectoria de un fabricante que ha roto moldes: Traction Avant —‘El Pato’, ya saben—, 2CV, Méhari, GS o el SM Prototipo que cumple su cincuentenario.
«Nada nos mueve como un Citroën», compendia la filosofía del fabricante, celosamente guardada —historia y filosofía— en las instalaciones situadas en Aulnay-Sous-Bois: el Conservatorio Citroën, atesora más de 400 piezas, 250 de ellas expuestas al público, entre las que se cuentan interesantes modelos del periodo de entreguerras, auténticos testigos del nacimiento de la marca: Tipo A (primer modelo europeo fabricado en serie), B10 (pionero con chasis de acero), C4 y C6 o el Rosalie (varios récords mundiales de velocidad); sin olvidar el icónico Traction Avant que, como su propio nombre indica, popularizó la tracción delantera… un viaje en el tiempo, que permite redescubrir técnicas e innovaciones de cada época.
También los ‘Chevron’ de los años 40, 50, 60, 70, 80… tienen su espacio: el imaginativo 2CV, el futurista DS —‘Tiburón’… para más señas—, el innovador GS y hasta las versiones más deportivas del SM.
Los vehículos comerciales tiene su representante por antonomasia en el furgón Tipo H, construido con chapa nervada y hoy convertido en icono del fenómeno ‘Food Truck’ (restaurantes sobre ruedas), que Citroën mantuvo en catálogo entre 1947 y 1981.
Entre las piezas ‘insólitas’, un helicóptero biplaza desarrollado en los años 70 y, como representantes del espíritu aventurero y deportivo del fabricante, piezas tan significativas como el ZX del Rallye-Raid París-Moscú-Pekín de 1992, por no hablar de la joya entre las joyas: los C4 Autocadenas protagonistas de los Cruceros Negro y Amarillo; del 28 de octubre de 1924 al 26 de junio de 1925, Citroën recorre el continente africano; cinco años después, el Crucero Amarrillo atraviesa Asia, desde Beirut a Pekín.