Diario de León

Parentesco… estético. Mítico Stratos

«Inspirarse en automóviles del calibre del Rally 037, el Stratos y el Delta es el sueño de todos: brutales coches de carreras que han convertido a Lancia en la marca más laureada en el mundo de los rallyes»

«Inspirarse en automóviles del calibre del Rally 037, el Stratos y el Delta es el sueño de todos: brutales coches de carreras que han convertido a Lancia en la marca más laureada en el mundo de los rallyes»

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Faros traseros redondos —como los delanteros—, alerón aerodinámico y una ecléctica combinación de colores primarios en el habitáculo convirtieron al Lancia Stratos en un modelo tan futurista… que sigue siendo contemporáneo.

A renglón seguido, la marcada y funcional estética, además de las ahusadas líneas de su ‘copa’, presentaron al Rally 037 en la quintaesencia de los rallyes; como el icónico montante trasero del Delta, legado de las versiones de calle, que acaba por equilibrar la radicalidad de los sobredimensionados pasos de rueda… toda una evocación.

Formas primarias… geometrías radicales, como los redondeados faros zagueros y los alerones aerodinámicos.

Volviendo al Stratos, su esencia se inspiró en el radical prototipo ‘Strato´s Zero’ realizado en 1970 por el célebre carrocero Nuccio Bertone con las pinceladas de Gandini; presentada al año siguiente, la versión definitiva ha pasado a la historia por su futurista forma de cuña, además de por su legendaria herencia motorística: el V6 del Dino 246 Ferrari.

Su afilado morro armonizaba con los abultados pasos de rueda, a la vez que su tendido parabrisas —mucho, muy tendido— abarcaba la totalidad del montante delantero, prolongándose hacia las lunas laterales; incluso el techo caía verticalmente sobre la pequeña luneta trasera envuelta en el gran capó que alojaba el motor. Los faros redondos, y un agresivo alerón, destacaban en la zaga.

Para Bertone, la definitiva versión del Stratos, «vestía a piloto y copiloto como un mono de atleta,, resaltando la musculatura»… todo en el Stratos estaba diseñado en aras de los rallyes: dos ligeras carcasas —guardabarros incluidos— de amplia apertura para facilitar las intervenciones rápidas de los mecánicos en carrera. También el Stratos revolucionó los habitáculos de la época: dos plazas —sin más— y solamente un par de compartimentos para alojar los cascos, un elemento también distintivo en la versión de calle.

El Lancia Stratos HF Grupo 4, ganó tres veces consecutivas el Rallye de Montecarlo, con doblete en el Mundial de Constructores (1975 y 76) y en el Europeo de Pilotos, a lo que hay que sumar la victoria de ‘Il Drago’ Sandro Munari (copilotado por Silvio Maiga) en la Copa Mundial FIA para pilotos de rallye en 1977.

A partir de la temporada 1975, el Stratos lució una de sus más icónicas decoraciones: la blanquiverde de Alitalia, con el logotipo tricolor de la compañía aérea, duplicado en forma de cuña, hasta crear uno de los más bonitos ‘uniformes’ en la historia del automovilismo deportivo.

Funcional… y estilizado. El proyecto «037» —Lancia Rallye 037— era el paradigma de coche deportivo, encarnando una suerte de ‘David contra Goliat’; de hecho, el 037 fue el último de los ‘dos ruedas motrices’ en ganar el Mundial de Rallyes (1983), batiendo a rivales mucho más potentes y, sobre todo, equipados con tracción integral a las cuatro ruedas —Audi Quattro… ya saben—.

Su estructura original mixta —monocasco y tubular— ‘vestida’ por Pininfarina, acabó por convertirlo en un coche tan agresivo como elegante, que podía presumir —eso además— de un depurado estudio aerodinámico. Realizado en poliéster reforzado con fibra de vidrio, sus dos ligeros capós (motor y maletero) se desmontaban completamente; mientras su interior minimalista representaba la quintaesencia de las carreras, lo mismo que sus ‘apéndices’ aerodinámicos en el montante del techo en la cola, con un llamativo ‘spoiler’ zaguero que aumentaba todavía más su rendimiento dinámico.

Creado a partir del Beta Montecarlo, el Lancia Rallye 037 no fue pensado para producirse en grandes series… la fabricación del modelo de serie ‘sólo’ serviría para su homologación en las carreras.

En 1982, la versión de calle ‘rodó’ sobre la alfombra roja del Salón de Turín para, al año siguiente, alzarse con el Mundial de Constructores en dura pugna con el Audi Quattro, firmando el segundo puesto en el Mundial de Pilotos y el Campeonato de Europa e Italia con Massimo ‘Miki’ Biasion que, a renglón seguido, correría bajo los colores oficiales de ‘Lancia Martini’. Otra leyenda de los rallyes, el germano Walter Röhrl, daría también días de gloria al 037: tetracilíndrico con inyección y potencias entre 260 y 305 CV, dependiendo de si cubicaba 1.995 o 2.111 centímetros cúbicos.

Delta… un sueño. El broche de oro a la dorada época de Lancia en rallyes, correría a cargo del Delta HF Integrale 16V… indeleble en la memoria de los ‘tiffosi’ de todo el mundo desde el nacimiento, en 1988, del HF 4WD, primer ‘cuatro ruedas’-motrices… se entiende— de Lancia: generosas tomas de aire delanteras y ensanchados pasos de rueda.

El mejor coche de rallyes de todos los tiempos, las cuatro evoluciones del Delta HF, las sustanció Lancia en… seis Campeonatos Mundiales de Constructores (1987-1992), cuatro de Pilotos (1987, 88, 89 y 91), un Campeonato Mundial de Rallye Producción (Grupo N ‘Turismos de Serie’) en 1987; seis veces el Campeonato Europeo de Rallye (1987-1991 y 1993) y dos veces el Campeonato Europeo de Rallye Producción (Grupo N ‘Turismos de Serie’) en 1988 y 89.

Del pionero HF Integrale 16V a la ‘Deltona’ HF Integrale 16V Evoluzione, con la ‘joroba’’ en el capó delantero, ‘aquellos’ guardabarros aún más ensanchados y su llamativo ‘spoiler’ rematando la luneta trasera… un sueño nos contempla; auténtica ‘pesadilla’ entonces para sus oponentes, quienes no tuvieron más remedio que rendirse a la evidencia… a la cruda realidad.

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