Méhari. Inspiración… continuada

Presentado en mayo de 1968 —sí, ‘ese’ año— en el parisino campo de golf de Dauville, este atípico todoterreno (tracción delantera o 4x4) del ‘Chevron’ sedujo, por funcionalidad y ventajas económicas, a toda una generación; y no sólo, porque también lo hizo —seducir— en otros ambientes, como el ejército francés y el cine.

Un atípico —mucho— ‘pick-up’, con carrocería de plástico (acrilonitrilo butadieno estireno) y potencias entre 28 y 32 CV, diseñado por Roland de La Poype, construido sobre la plataforma del Dyane 6 (en su lanzamiento se llamó Dyane 6 Méhari), y que comparte nombre —mehari— con los dromedarios del norte de África y el Sáhara, conocidos por su resistencia y sobriedad, como el Méhari… por su adaptación a todos los terrenos.

Y eso que, exteriormente, tampoco es que nuestro protagonista luzca un aspecto especialmente adecuado para todas las estaciones: más parece un pequeño descapotable… vacacional veraniego. Aunque, merced a su cubierta de invierno, el Méhari se convierte en un vehículo totalmente sellado, lo que acaba por convertirlo en un ‘coche todo tiempo’, singularmente modular: parte de su suelo puede convertirse en un respaldo, lo que permite añadir dos asientos suplementarios en la zona trasera, con la posibilidad de alojar hasta 4 ocupantes.

Su carrocería, formada por solamente 11 piezas fácilmente reparables, puede limpiarse —interior y exteriormente— con un simple manguerazo: practicidad asegurada.