Del 917 K al 919 Hybrid. Le Mans… en el corazón
JAVIER FERNÁNDEZ
Porsche y Le Mans… victoriosas emociones. Ninguna marca ha logrado ganar tantas veces en la carrera de Resistencia más famosa del mundo: 19 desde la victoria de 1970; ’24 Heurs’ de pasión, espíritu competitivo… resistencia de pilotos y máquinas.
Una épica que Porsche lleva escrita en sus genes, en la de todos los biplazas Sport-Prototipos (no me resisto a seguir denominándolos como tales, por mucho que la especialidad haya cambio de nombre).
El tetracampeón 956 cruzó victorioso bajo la ajedrezada en 1982, 1983, 1984 y 1985; como también lo hicieron los tricampeones 936 y 962C en 1976, 1977 y 1981, y en 1986, 1987 1994 respectivamente.
En la ‘era moderna’, con la hibridación como telón de fondo, le tocaría al 919 Hybrid reverdecer laureles, firmando un nuevo triplete en 2015, 2016 y 2017.
Ahora, en los ‘veinte del XXI’, le toca el turno —defensa del título— al 963: tres unidades de la formación oficial ‘Porsche Penske Motorsport’, heredero del RS Spyder que lograse numerosas victorias entre 2005 y 2008, cuyo diseño bebe en las fuentes de aquellos clásicos 956 y 962 de los años 80; lanzando, eso también, un guiño a otro icono de Porsche: la franja zaguera de iluminación continua del actual ‘nueveonce’, mientras la decoración tricolor (blanco, rojo y negro) rinde homenaje a los éxitos deportivos del fabricante.
Una historia que arrancó en 1951 con el 356 SL que, pilotado por Auguste Veuillet y Edmond Mouche, se alzó con la victoria en la categoría de 1.1 litros… primer triunfo de Porsche en Le Mans.
Un par de décadas después, el rojiblanco nº 23 de Porsche Salzburgo (Richard Attwood y Hans Hermann), firmaría la primera victoria absoluta en La Sarthe.