Mercedes-Benz. ‘Chispas’… de impacto
La primera prueba mundial pública de choque, con vehículos eléctricos de Mercedes-Benz, va más allá de los requisitos legales: «La seguridad forma de nuestro ADN y es uno de nuestros principales compromisos con todos los usuarios de la carretera» (Markus Schäfer, director de Tecnología en Mercedes-Benz). mb
JAVIER FERNÁNDEZ
‘Saltan… chispas’. Protección garantizada para los ocupantes: el habitáculo, y la batería de alto voltaje de ambos vehículos, permanecieron intactos; pudieron abrirse las puertas y se desconectaron automáticamente los sistemas de alto voltaje… según lo previsto.
La prueba de choque, confirmó que la seguridad en Mercedes-Benz no depende del tipo de propulsión utilizada en los diversos modelos.
El ensayo realizado en el Centro Tecnológico de Seguridad que el grupo automotriz germano tiene en Sindelfingen, se ‘escenificó’ a 56 por hora de velocidad y con solapamiento frontal del 50%, correspondiente al tipo de accidente más habitual en las carreteras de doble sentido —una fallida maniobra de adelantamiento, por ejemplo—; además, la velocidad seleccionada para el ensayo tiene en cuenta que, en un ‘auténtico’ accidente, los conductores seguirían intentando frenar antes de que, en el peor de los casos, se produjese la colisión.
La energía total del ensayo de choque, era considerablemente superior a la legalmente exigida; en la práctica, la gran deformación sufrida por los vehículos tras la colisión, alarmante para los observadores, demuestra para los ingenieros de la marca que los coches, deformándose como se preveía, fueron capaces de absorber eficazmente la energía de colisión.
Consecuencia: la zona de seguridad de los pasajeros permaneció intacta, y las puertas pudieron abrirse sin dificultad; lo que, en caso de emergencia, permitiría a los ocupantes salir del vehículo po r su propio pie o a los socorristas y personal de rescate llegar hasta ellos. También el sistema de alto voltaje del EQA y del EQS SUV se desconectó automáticamente durante la colisión.
Ambos vehículos llevaban en su interior sendos maniquíes adultos cada uno —tres mujeres y un hombre—; el análisis de los hasta 150 puntos de medición por maniquí indicó un bajo riesgo de lesiones graves o mortales, lo que significa que las zonas de deformación —inicialmente definidas— y los avanzados sistemas de retención que se utilizan en ambos modelos, ofrecen un buen potencial de protección para los ocupantes en un choque de tal gravedad: todos los equipos de seguridad, como los airbag y los tensores de los cinturones, funcionaron según lo previsto.
Estas pruebas en vehículos reales, siempre sirven como comparación final con las teóricas simulaciones, además de demostrar —el ensayo de choque— la compatibilidad de la interacción de las estructuras de deformación de los vehículos implicados en un accidente.
Seguridad… de ‘alta tensión’. Mercedes-Benz ha desarrollado un concepto de protección multietapa de ‘alta tensión’ para sus vehículos eléctricos: ocho elementos para garantizar la seguridad de la batería y todos los componentes, con una tensión superior a 60 voltios; así, el cableado positivo y negativo separado y un sistema de autocontrol de alta tensión que se desconecta automáticamente en una colisión grave.
En muchos casos, las normas de seguridad interna del fabricante superan ampliamente los requisitos legales o los de las organizaciones de protección de los consumidores, como se ha demostrado en estos ensayos.
Desde 2016, Mercedes viene realizando pruebas de choque en su nuevo Centro Tecnológico de Seguridad (Sindelfingen), uno de los más grandes y modernos del mundo, que cuenta con tres ‘flexibles’ carriles de choque que desembocan en una amplia zona que supera los 8.000 metros cuadrados (90 por 90 metros) y donde se realizan anualmente hasta 900 pruebas de choque y 1.700 ensayos de ‘trineo’.
La marca de la ‘Estrella Plateada’ atesora más de 60 años de experiencia en pruebas de choque. Fundada en 1969, la ‘Unidad de Investigación de Accidentes’ analiza los siniestros en los que se ven implicados vehículos de Mercedes-Benz, con el objetivo de comprender cómo se producen llos accidentes y qué sistemas de seguridad podrían haberlos evitado o reducido su gravedad.