Mercedes-Benz. Las carreras… ADN de ‘La Estrella’
JAVIER FERNÁNDEZ
Una ‘lágrima’… aerodinámica. Centenares de historias victoriosas. La prehistoria del coche de carreras Benz RH 2.0 litros (1923) —en forma de ‘lágrima’—, arrancaba un par de años antes, desde últimos de septiembre a principios de octubre de 1921, en el Salón del Automóvil alemán de Berlín, el Dr. Hans Nibel —jefe de desarrollo de Benz&Cie.— y su diseñador Max Wagner quedaron impresionados por el coche ‘lágrima’ de Edmund Rumpler: motor central y carrocería en forma de lágrima probada y optimizada —ya entonces— en el túnel de viento; un coche técnicamente innovador, avanzado a su tiempo, aunque tampoco lograse los esperados éxitos comerciales, lo que tampoco sería obstáculo para que Nibel y Wagner reconociesen su potencial para el desarrollo de nuevos modelos: Benz firmaba un acuerdo de licencia con Rumpler.
Como tantas veces en la historia del automóvil, las carreras se convertirían en campo abonado para los ensayos de aquel nuevo concepto: en 1922, se construyeron cuatro coches de carreras en forma de lágrima. Y otra primicia: eje oscilante zaguero de doble articulación para guiar las ruedas.
Motor… aeronáutico: 6 cilindros en línea de 1.997 centímetros cúbicos, 90 CV y dos árboles de levas en cabeza, desarrollado por el Dr. Arthur Berger, que bebía en las fuentes del que montaba el avión Benz Kaiserpreis de 1912; aderezado, además, con dos carburadores horizontales Zenith y un cigüeñal con siete rodamientos de rodillos. Los travesaños longitudinales y transversales del bastidor, los pedales, los radios del volante, la palanca de cambios y el eje delantero, se agujerearon… para reducir el peso del coche.
Tras la fusión de Benz&Cie. Con DMG para formar Daimler-Benz AG con la marca Mercedes-Benz en 1926, esta característica de construcción ligera se utilizaría, entre otros, el célebre deportivo con compresor SSKL, cuyo chasis también lo firmó Wagner.
Después del sensacional debut en Monza G. P. de Europa 1923, los coches de carreras Benz «teardrop» también competirían en diversas pruebas al año siguiente y, aunque no ganaron, abrirían camino a futuras realizaciones en la competidora DMG (Daimler-Motoren-Gesellschaft), con el sobrealimentado Mwercedes 2.0 litros, diseñado por el director de desarrollo… ‘un tal’ Ferdinand Porsche, un coche considerablemente más potente, de 126 CV y una cilindrada de 1.989 c.c.; Benz no disponía de fuerza financiera para continuar con el proyecto ‘lágrima’ de motor sobrealimentado, la compañía mantuvo el tipo: a finales de 1924, la empresa desarrollo un modelo deportivo que, sin denominación especial, lucía un cuerpo diferente: los diseñadores integraron dos faros, movieron de tanque de combustible de la parte delanteras a la trasera y agregaron guardabarros ‘alados’ contra las salpicaduras; Willy Walb, piloto oficial, y los privados Adolf Rosenberg y Carl Hermann, obtendrían grandes éxitos deportivos al volante de ‘aquel’ coche.
La aparición de la Daimler-Benz en 1926, supondría el final de Porsche en la aventura «coches de carreras en forma de lágrima», aunque sí continuaría desarrollando modelos similares en Auto Union: los ‘Peces de Plata’ con motor central de 16 cilindros, plantarían cara —a partir de 1934— a las ‘Flechas de Plata’ de Mercedes. En 1936, Bernd Rosemeyer se alzaría con el campeonato, al volante de un Auto Union.
Rudolf Caracciola, leyenda de la época, daría a Mercedes el título del Campeonato de Europa en 1935, 1937 y 1938, mientras su compañero de equipo Hermann Lang se proclamaba campeón de Europa en 1939. El certamen europeo equiparable al actual Mundial de Fórmula Uno, que arrancó su andadura —tal como lo conocemos hoy— en 1950, año que supondría el principio de los monoplazas de carreras con motor central… todo un hito automovilístico.