Maserati Quattroporte. Seis icónicas… generaciones

Caminos… generacionales. Como tantas icónicas realizaciones que han acabado por convertirse en símbolos de su tiempo, el Quattroporte fue pionero: motor de 8 cilindros derivado de las carreras, estética dinámica y elegante… ‘vistiendo’ un refinado habitáculo.

A lo largo de los años, el Quattroporte se ha venido posicionando en el imaginario de los usuarios como una auténtica ‘sala de estar’ en clave de limusina con espíritu deportivo (la versión inicial ya alcanzaba 230 por hora); un majestuoso automóvil de acogedor espacio, una suerte de perfecta de perfecta representación como coche institucional, ‘acostumbrado’ a ser el centro de atención.

Custodio de las pasiones del Tridente, en su proyecto han trabajado los más acreditados especialistas: Frua trazó la curvatura inicial, seguido por maestros del calibre de Bertone, Giugiaro, Gandini y Pinifarina; hasta el Centro Estile del fabricante de Módena, hogar de la actual generación del Quattroporte.

Como un rayo salido de la nada, el pionero daría paso a la audacia de una segunda generación y, sobre todo, al éxito de una tercera entrega de la mano de De Tomaso; aunque todavía se recuerda la superación del reto a finales de los 90: la ruptura de lazos con el pasado, sin dejar la fidelidad a la filosofía que lo venía haciendo célebre, plasmada en la multipremiada generación de 2003; tantos años después, la más moderna versión, estilística y técnicamente revisada al alza, que ha vuelto a subir al escenario de las más exclusivas berlinas del panorama automovilismo mundial.

En los garajes de los más exigentes automovilistas —aficionados incondicionales—, en escenas de películas memorables —más de 60 producciones—; profusamente fotografiado en alfombras rojas o acompañando a funcionarios de alto rango y a personalidades de la industria; el Quattroporte ha acabado convirtiéndose en un pilar del panorama automovilístico en el siglo XX… y continúa siéndolo en el nuevo milenio.

Embajadores del legado: el buque insignia del Quattroporte, el sedán deportivo Ghibli, el Levante —primer SUV del Tridente—, y el también SUV Grecale; un catálogo motorizado por mecánicas de gasolina V6 y V8, además de gasolina tetracilíndricos híbridos —Ghibli, Grecale, Levante—, con propulsión trasera o total a las cuatro ruedas; también el Grecale Folgore, primer SUV eléctrico de Maserati.

Sesenta años después... el Quattroporte sigue rodando, como protagonista indiscutible de su tiempo.