NSU. Tumbonas… voladoras
JAVIER FERNÁNDEZ
Tabla… de planchar. ‘Lawn chairs’… hamacas o tumbonas. En 1951, utilizando una simple tabla de planchar, el diseñador gráfico Gustav Adolf Baumm contactaba con NSU y acababa convenciendo al entonces jefe de diseño de la marca, Walter Froede, para llevar a la práctica un revolucionario proyecto: tumbar de espaldas al piloto en una motocicleta que no superaba los 75 centímetros de altura.
Tras presentar con éxito su primera motocicleta, la «Baumm deckchair» o «flying lawn chair», NSU le adjudicaba un contrato datado en 1952: nacían la ‘Baumm I’ y ‘Baumm II’, con las que se alcanzaron excelentes resultados en coeficiente aerodinámico.
Es verdad que aquellas ‘tumbonas’ no cumplían muchos —casi ninguno— de los requisitos habituales de una motocicleta: nada confortables y totalmente inadecuadas para ‘relajarse’ —¿’hamaca’?— en el jardín; sin embargo… batían récords, por lo que acabarían recibiendo el apodo de «lawn chairs» / «tumbonas voladoras». En 1954, como diseñador y piloto, Baumm firmaría un total de once récords mundiales de velocidad en las categorías de 50 y 175 centímetros cúbicos.
Mientras aquella ‘estratosférica’ moto de Baumm se diseño principalmente para batir récords de velocidad, NSU también utilizaba otros conceptos aerodinámicos en la carreras: NSU ganó todas las competiciones en 250 c.c. con la Rennmax Dolphin, anotándose tripletes, dobletes y hasta cuatro victorias absolutas en 1954, el mismo año en el que cerca de Stuttgart, en la carrera Solitude, debutaba la «Blue Whale», completamente carenada que permitía alcanzar velocidades aún mayores que la anterior Rennmax con carenado ‘Dolphin’. Werner Haas y Rupert Hollaus, pilotos de la marca, se clasificaban primero y segundo; a la vez que Haas ganaba el Campeonato del Mundo y el Campeonato de Alemania de 250 c.c. (1954) con una «Blue Whale»; en 350 centímetros cúbicos, Hermann Paul Müller le daba a NSU el título alemán a los mandos de una Rennmax «Blue Whale» modificada a partir de un motor de 288 c.c.
En el verano de 1956, NSU continuaba con la racha… el famoso lago salado Bonneville Salt Flats, situado en el estado norteamericano de Utah, emblemático lugar de culto para pruebas de velocidad y escenario ideal para las hazañas de la marca, que preparó una pista de 22 metros de ancho.
H. P. Müller firmaría allí varias marcas con una ‘Baumm II’, alcanzando también una punta de 242 por hora a los mandos de una NSU Rennfox de 125 c.c.
Ese mismo año, Wilhelm Herz pilotaba sendas ‘Baumm IV’ y ‘Dolphin III’; esta última, totalmente carenada y con una característica aleta trasera, tenía una misión especial: Herz pretendía conducirla más rápido de lo que nunca nadie lo hubiese con una motocicleta y, a pesar de que las condiciones no eran las ideales y de una serie de adversidades que obligaron a realizar cambios sobre la marcha en la motocicleta, Herz se propuso batir el récord, ‘auxiliado en las bandas’ por Gerd Stieler von Heydekampf —director general de NSU— y el director técnico Víctor Frankenberger, además de una emisora de radio informando sobre el terreno desde Utah.
El esfuerzo daría sus frutos: Herz alcanzo 339 por hora de velocidad máxima, estableciendo un nuevo récord mundial y, de paso, demostrando así la innegable experiencia de Neckarsulm en la construcción de motocicletas y su dominio de la aerodinámica merced a los estudios —y su puesta en práctica— de ingenieros que han pasado a la historia: Edmund Rumpler, Paul Jaray y Reinhard Freiherr von Koenig-Fachsenfeld, nombres —icónicas personalidades— que cualquier estudioso de la historia de la aerodinámica no puede ignorar.
A principios del siglo XX, estos tres ingenieros comenzaron a adaptar las formas de la carrocería de los automóviles al flujo de aire… todo un reto para la época.
Por cierto, el origen de esta epopéyica historia de récords hay que buscarlo en los ambiciosos proyectos que se fraguaron (1951) en la casa madre de NSU en Neckarsulm, de la mano de Wilhelm Herz, un experimentado piloto de motos que ya venía cosechando sonados triunfos para la marca y cuyas dotes de persuasión —como las de Baumm— le llevarían en 1948 a convencer a los responsables de desarrollo de NSU para que apoyasen sus planes de batir récords ‘a bordo’ de un revolucionario diseño aerodinámico, de forma única y longitud inusual, firmado por el pionero Reinhard Freiherr von Koenig-Fachsenfeld… el ‘récord cigar’.
Sometido a diversas y exigentes pruebas, aquel prometedor diseño, junto con los planes de batir récords, se truncaría por un accidente de Herz; dado que ningún otro piloto de NSU se prestaba a pilotar el «cigarro de récrod», Walter Froede, entonces jefe del departamento de desarrollo en NSU, ‘aparcaría’ el proyecto… aunque sólo temporalmente.
El enfoque empresarial, y otros conceptos aerodinámicos, darían finalmente sus frutos: en abril de 1951, NSU inscribía sus motos en las carreras que se disputaban en la autopista Munich-Ingolstadt, donde un ya recuperado Herz pilotaba una máquina con motor de 500 c.c. sobrealimentado y ‘vestida’ con un exclusivo carenado cuyo puntiagudo frontal recordaba poderosamente a la criatura marina originariamente inspiradora para los ingenieros aerodinámicos… ‘Dolphin I’, con la que Herz alcanzó los 290 por hora, ¡todo un récord mundial!
Y no sólo, porque en aquel de 1951, NSU establecería ocho nuevos récords mundiales de velocidad.
Ya saben, aquel mismo año en el que Baumm… convenció a NSU.