El Mercado de San Miguel: la tradición es la modernidad

Entre el comunicador Guillermo Fesser y otros socios, el Mercado de San Miguel, una joya arquitectónica que tenía los días contados, rescataron este punto que fue uno de los más populares de la calle Mayor, en el entorno de la plaza Mayor y a poca distancia de lo que albergó el Ayuntamiento de Madrid y el único privado que existió en la capital.

Las nuevas instalaciones acogen negocios en los que hay un todos a una en cuanto a presentación y belleza. No se trata de un delicatesen sino el desarrollo del concepto de lo que pueden ser los mercados del siglo XXI. No es La Boquería de Barcelona, porque es mucho más pequeño, y tampoco sus responsables quieren que sea un mercado tradicional de compra. Sí, en cambio, es un acogedor punto en el que lo mismo te puedes tomar un café, que comprar pescado, marisco, carne o fruta, todo con el lema de la alta calidad.

Si la gastronomía es calificada como un taller de los sentidos, aquí la vista se lleva un diez. De hecho, estas navidades han apostado por los productos del mundo para concretar su propuesta.

Y la respuesta a esta iniciativa privada no ha podido ser mejor: 80.000 visitas semanales es la cantidad de gente que, de momento, se da un paseo por el dulce y salado Mercado de San Miguel. Una auténtica bodega cargada de productos, dentro un barco imaginario varado en el centro de Madrid. Abierto desde el 13 de mayo del 2009.