El cine consigue vender optimismo en los Goya

En tiempos en los que no hay sector que no tenga la crisis en mente, el cine español muestra una importante dosis de optimismo coincidiendo con la entrega de los premios Goya, que, por otra parte, se celebra hoy. Y puede que, más que ese supuesto optimismo, de lo que haya que hablar sea del vitalismo que destila el presidente de la Academia de Cine, el director Álex de la Iglesia, que desde su llegada al cargo se lo ha tomado como si le fuera la vida en ello. Y es que se da la circunstancia de que es así, de que es su vida, su trabajo y pasión. Parecería redundante, pero que De la Iglesia se tome en serio al cine y a su academia es de destacar.

A todo esto, el vasco ha perdido peso, él en persona, pero, tanto, como vaso comunicante del aumento de la presencia de la academia en la vida cultural. Es decir, Álex, cada vez más flaco. La Academia, con un programa cada vez más gordo.

Y el optimismo llega, tal y como dice la gente de la Academia, porque «como tener veinticuatro años sienta bien a todo el mundo , también a nuestro cine, cuota de pantalla se situó en un 15%, dos puntos más que en el ejercicio anterior». No está mal para los tiempos que corren, y que sirve para también crear buenas expectativas ante la gala de hoy al estar en manos de Andreu Buenafuente.

Salga bien o mal, algo tienen los Goya, porque su celebración siempre será el foco de la noticia. Luego tampoco es que tengan una audiencia descomunal.

Álex de la Iglesia ha sido más que un soplo de aire fresco en la Academia. Está resultando un huracán. Y es de desear que hoy pase una gran noche con sus compañeros. Y que brinden por ese optimismo. Sea antropológico o no.