Diario de León

El punto débil de Feliciano

«Mi fama de donjuán me parece injusta», se defiende el tenista y ex novio de María José Suárez, con la que rompió cinco veces

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Arantza Furundarena
León

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Feliciano, como su padre. «Y tan cabezón como él». Así se autodefine Feliciano López, y eso quizá explicaría la inflexible testarudez con la que el tenista se ha cerrado a la posibilidad de formar una familia con María José Suárez, que ahora espera un hijo suyo. Es la misma obstinación con la que en otro tiempo se empeñó en que la relación funcionara.

Porque Feli, de 28 años, y María José, de 35, rompieron hasta cinco veces y lo volvieron a intentar otras cuatro. Ella quizá confió en que habría una nueva reconciliación, pero el tiempo le está demostrando que a la quinta va la vencida. El balance es un embarazo en solitario, un reportaje en «¡Hola!» en el que llegó a declarar que López le había decepcionado «como hombre y como persona» y que jamás volvería con él, un impulso inusitado en su carrera como modelo y una cotización al alza en el mundo del corazón, pues ahí el morbo y las historias sin final feliz venden mucho.

«Ante la diversidad de noticias, rumores y especulaciones surgidos durante los últimos días, queremos manifestar que recientemente, de común acuerdo, hemos decidido poner fin a nuestra relación sentimental, iniciada hace ya varios años. Las razones de esta decisión corresponden a nuestro ámbito privado. Confirmamos el embarazo de María José, fruto de dicha relación. Exigimos el máximo respeto por parte de los medios de comunicación hacia nuestra privacidad y nos comprometemos públicamente a no opinar sobre este asunto a partir de esta fecha».

Con este comunicado, emitido hace unos días, Feliciano López no sólo reconoce la paternidad del bebé que está en camino sino que se asegura por escrito el silencio de su ex novia que, en su despecho, ya había dado pie a declaraciones tales como que ella sabía que él le era infiel, que le pillaba siempre y que incluso Feliciano le habría animado a interrumpir su embarazo.

«Mi prioridad es el tenis»

Han sido unas semanas de vértigo en las que tanto el tenista como la ex Miss España se han prodigado en actos sociales. María José se presentaba un día como imagen de los cosméticos Tegoder, casualmente diseñados para dar volumen a distintas zonas del cuerpo, y casi al siguiente se subía a la Pasarela Cibeles vestida de novia.

Claro que para entonces, el comunicado ya estaba firmado y sus únicas palabras fueron para comentar con cierta amargura: «Nunca me ha hecho especial ilusión casarme, ni he conocido a nadie que me emocionara tanto como para pensar en boda». Casi a esa misma hora, el padre de su hijo promocionaba la marca de automóviles Lexus junto a otra modelo también madre y separada, Laura Sánchez. Los labios de Feliciano estaban sellados: «No he hablado nunca y no lo voy a hacer ahora», dijo.

Entre los quince mejores.

Pero sí habló, aunque con cautela, con este periódico justo el mismo día en que estalló la bomba informativa. Feli, Feloche o Felópez, como le llaman sus compañeros, acababa de caer en el torneo barcelonés Conde de Godó y en esa doble vida que lleva como deportista y modelo le tocaba promocionar Compex, una marca de máquinas de electroestimulación muscular que él utiliza para mantenerse en forma.

«Mi objetivo es acabar este año entre los 15 mejores tenistas del mundo. Mi prioridad ahora es el tenis. Lo demás es secundario», zanjó ante la avalancha de comentarios sobre su futura paternidad.

Dotado de un físico despampanante y proclamado «el tenista más atractivo» del Madrid Open 2010, torneo en el que ahora participa, y uno de los 10 deportistas más guapos de España, López, que nació en Toledo y se crió en Melilla, insiste en que él, aunque se tiene por coqueto, no se considera «nada especial». Su fama de donjuán le parece «injusta». «La gente debe pensar que me las llevo de calle, pero no es así». Sí presume en cambio de «generoso, una virtud que me ha inculcado mi familia».

No cree en la buena suerte, «sino en el trabajo duro». Y está convencido de haber superado viejas lesiones (de todo tipo). Fueron muy famosas sus fracturas de muñeca... Y cuando se le pregunta si no serán eso, las -˜muñecas-™, su auténtica perdición, él contesta irónico: «No. Las muñecas ya no son mi punto débil».

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