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Publicado por
Ruth de andrés
León

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enóloga

T anta tecnología en nuestro día a día tenía que acabar por llegar hasta el vino.

Han aparecido multitud de aplicaciones y programas que hacen accesible a todo el mundo las más variados conocimientos sobre vino. O al menos a todo el mundo que tenga un ordenador o un móvil de última generación.

Las más recientes han sido las bases de datos de guías de vinos. La Guía Repsol y la Guía de TodoVino ya han adaptado sus contenidos para ser consultados desde un móvil. Además de la mera puntuación, la Guía TodoVino incluye una descripción del vino e incluso de la bodega. Es sencilla de utilizar y muy útil a la hora de buscar una referencia respecto de un vino que no conocemos de nada. Pero más completa resulta la aplicación desarrollada por la Guía Repsol que incluye el maridaje, la fecha de consumo recomendada y la temperatura de servicio más apta para ese vino; se pueden marcar vinos favoritos y guardarlos en nuestro fichero; y para aquellos a los que les guste viajar, podemos buscar las bodegas cercanas a nuestra ubicación y situarlas en un mapa.

Hace unos meses, Tesco lanzó una aplicación que reconoce las etiquetas de los vinos e inmediatamente nos remite a una nota de cata y una puntuación. Puede ser una buena idea para asegurar a los menos osados o para lanzar las ventas de bodegas que tienen grandes vinos pero carecen de nombre.

Las bases de datos son ya casi un clásico para los coleccionistas y los amantes del vino más minuciosos. Estas bases permiten en un teléfono, una agenda electrónica o sencillamente un ordenador acceder a la más variada información enológica, además de permitirnos clasificar nuestros propios vinos.

Podemos consultar las calificaciones de las cosechas de las Denominaciones de Origen del Vino en España así como datos y características sobre las Denominaciones de Origen que existen en España, o buscar las uvas más representativas de nuestro país.

Hay además contenidos dedicados a mejorar nuestro conocimiento acerca de la viticultura, la enología, la cata e incluso los defectos del vino. Pero lo más interesante es que nos permiten clasificar y mantener al día nuestra vinoteca y llevar actualizado un registro de los vinos que hemos probado, todo desgranado en infinidad de campos que incluyen además de datos objetivos como añada, región, productor, otros más personales como el aspecto, color, aroma, paladar y nuestra propia puntuación.

Dedicadas a aquellos a los que les guste compartir, se han creado unas bases de datos que al contrario de las anteriores son públicas. Aquí cualquiera que se registre, puede publicar y compartir su impresión acerca de los vinos que ha probado. Así se van creando poco a poco unas enormes plataformas de información con vinos de cualquier parte del mundo catados por los más variados paladares.

Con todo esto, ya sólo nos queda encontrar una manera de sacar vino del ordenador; estoy esperando el día en que con un sencillo click de cualquier ranura de nuestro ordenador brote una copa de vino. Esto sí que sería un adelanto.